Amor de lluvias
¿Recuerdas cuando llovía,
me abrazabas y
mirábamos al cielo
desde la ventana?
Cada relámpago era un
beso
para disimular tu
miedo,
nunca te gusto
presenciar
el choque de las
nubes
y mis besos,
mis besos tampoco te
gustaban
pero eras feliz con
ellos.
¿Te acuerdas de aquel
día
en que tus lágrimas
quisieron imitar a la
lluvia?
Recorrían tu rostro
de una en una
como las primeras
gotas
que se posaban en la
ventana,
yo solo callé
mientras mi pecho
se convirtió en la
cuna de tu rostro
hasta que tu lluvia
cesó.
¿Cuántas gotas nos
habrán visto
por esa ventana como
dos tontos
imaginado en ella un
televisor?
Dirán las gotas lo
que quieran
pero yo, yo se que lo
nuestro
era más que ver esa
ventana
en cada lluvia, era
ver en la ventana
como nuestras almas
se empapaban
del amor de nuestros
labios en el silencio,
un amor de lluvias
sólo para dos.
No todo era poesía
Entre ella y yo
no todo era poesía,
nos perdíamos en la
métrica
y hasta olvidábamos
las rimas
para nadar en
nuestros ojos,
desnudos hasta el
alma.
Entre ella yo
no todo era poesía,
las caricias también
estaban,
mis pupilas sobre sus
labios
y un par de besos a
su frente
nos alejaban de las
letras.
Entre ella y yo
no todo era poesía,
a veces también nos
amamos,
también vimos
amaneceres
hasta anochecer tras
la aurora
a la que llamamos
amor.
Entre ella y yo
no todo era poesía,
pero la poesía,
sin duda lo era todo.
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