3/13/2017

Monólogo del San Juan de Dios



 Hoy ha dado a luz mi sombra.
Como ayer, como antier, como mañana
hoy también ha dado a luz.
No fueron condenadas mis paredes a la hoguera,
ni mis puertas destinadas a ser la balsa de los náufragos.
No se han hecho cruces con las podridas vigas de mis cuartos
ni se han pasado a la guillotina los ausentes.
No son estas las camas de tortura a la espera de las víctimas del Cóndor
ni son los marcos de las ventanas la horca de los médicos.
Tal vez si yo fuera las ruinas de Pompeya o las vitrinas del azar.
Quizás si contuvieran estos vidrios los gemidos de una puta
no se sentaría en mis sillas la miseria. Pero nada de eso pasa.
A ninguna de esas penas fuimos sometidos. Sin embargo
ser comidos, poco a poco, por el signo negro de los años
ser enterrados lentamente por el delgado polvo de los tiempos
a eso fuimos condenados. Somos una huella negra en medio de la plaza.
Por la calle pasan los habitantes que ya no nos observan
porque mis paredes son la voz agonizante que se olvida
y mis ladrillos, la higuera muerta que se seca

en un mes lluvioso que nadie nombra.



Hospital San Juan de Dios. Bogotá, Colombia.




Hospital San Juan de Dios. Bogotá, Colombia.
Fotografías tomadas de la circulación libre en Internet.

No hay comentarios:

Publicar un comentario