Alexánder Buitrago
Bolívar: Escritor colombiano (Zipaquirá, Cundinamarca; 1977). Docente de
español y literatura. Ha ganado el primer puesto en el II Concurso “La memoria
de nuestros pueblos, homenaje a los estudiantes caídos en soledad", con el
poema “Cuadernos destruidos”; una mención en el IX Concurso Bonaventuriano de
Cali con el poemario Estación de invierno, y una mención en el XXVI Concurso de
Poesía y Cuento de la Universidad Externado de Colombia por el poemario
Olvidario. Ha publicado trabajos en la Revista de la Universidad de La Salle y
en las actas del Congreso Internacional de Literatura Española Contemporánea,
Cilec 2013.
Blog del autor: esquinasazules.blogspot.com
Anocheceres
De mis anocheceres quedan
Palabras
que sangran
La humedad distante y
la sal bajo la lluvia
Y como si debiera olvidar
hablo de tu ahora
Profundo como la noche
Inmenso como el silencio
La casa
Yo vivo en esta casa
y es antiguo mi silbo.
El zaguán es un quejido.
La simetría angustia su distante
olor marino.
La casa es un suspiro.
Mira que no pasan las palabras
por las puertas.
Ni la melancolía por las
ventanas.
Hallarás sofás de niebla,
sillas vacías,
olvidadas
y esperando;
retratos de humo en los muros de
barro.
Olvida tus silbos,
tus vestidos descocidos.
Esta casa que habito es el
silencio
y es mejor que calles para entrar
en ella.
Mis palabras
Húmedas de olvido se curvan como
pinos.
Como solitarios silbos.
Si las escucharas serían como
suspiros…
Olvido
Puedo evitar que las raíces
me crezcan por las venas
y que en las ramas debajo de la
piel
aniden la música y el viento…pero,
¿quién me volvería a amar de esa
manera?
Hojas de otoño
Inclinado dentro de tu olvido,
contemplo la simetría de tu
alma,
la densidad ruidosa de tus ojos,
y bebo la sed de tu vuelo.
Yo me inclino para beber la luz.
Y la punta de mi nariz se sumerge
en tu delirio.
Y beso tus sueños.
Y me aferro a tus alas.
Y palpo la suavidad en tu vuelo.
Tu fuerza de nube.
El volumen de luz de tu cuerpo.
La espesura del olvido.
Qué vigoroso entusiasmo,
qué ganas de ser árbol.
Qué otoño tibio en tus ojos,
el fuego que me abraza,
y las hojas que caen de mi
cabeza.
La carrera
Para Elías Buitrago Bolívar
Corro profundos renglones de torpe viento agrio.
He respirado noches pedregosas preparando mi equipaje de lluvia.
Mis fatigas quizás para la orilla turbia.
Corro mientras apresuro la tarde,
mientras los calambres suben
y bebo los recuerdos que más olvido: mi silencio espeso.
Mira mis pies de luz profunda.
Por ejemplo, este susurro entre las cáscaras lluviosas.
Corre, precipítate como la brisa,
como un recuerdo que muere al terminar la carrera.
***
ESCRIBÍ EN UN RENGLÓN DE PÁJAROS,
palabras multiplicándose como
cáscaras
y sílabas buscando reposo en tus
brazos.
Subo escaleras de palabras.
El viento gira en los tejados.
Forjo pájaros en tus ojos.
Los poetas saben que tu voz
es un pino al crepúsculo.
Yo llego a ti,
al fin,
con mi carga de emanaciones.
DESDE MI PECHO ABIERTO
enredaderas nocturnas
trepan inútiles hacia la luna.
LLUEVE SOBRE ESTA PÁGINA.
Uso zapatos turbios.
Soy escombros.
Desde que grito quiero ser sal
tempestad desembarco fuga.
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