Fabio Andrés Delgado Micán nació el 6 de abril de 1985 en Soacha, municipio
de Cundinamarca en Colombia. Estudió Ciencias Sociales en la universidad La Gran Colombia.
Ha publicado en una serie de revistas de poesía (Chile, Colombia, España,
Argentina, México, Bolivia) varios de sus trabajos. Ha sido gestor de
colectivos literarios como Voces
de Quimera en Bogotá y de grupos culturales como SEMINARÉ. Participó en el IXI Encuentro Internacional de Poetas
de Zamora(Michoacán, México) en el año 2015, invitado a la Juntada de Poetas del Sur en Argentinay el
VIII Encuentro de Escritores en Goya, Argentina, la II Juntada de Poetas del Sur en Santa
Cruz de la Sierra (Bolivia). Presentando así su poemario ASMA de la editorial Piedra de Toque (Colombia) y su
participación en una antología de poesía latinoamericana con la editorial El perro celestial (Bolivia).
Desde la conducta
La bolsa de valores
el precio del dólar
el despertador en la mañana
el canal de noticias
sus mentiras excedidas.
El olor del tostador en la cocina.
El pan mojado en el café
los servicios públicos
el sector financiero
verte el sábado en el almuerzo
el domingo en el cine
llegar a tiempo al trabajo.
El shampoo de fresa
el jabón de avena
mi perfil de facebook,
ese que no soy que dicen que soy
toma decisiones y es libre.
Instagram y los gestos
de felicidad que debo de hacer en selfies.
Whatsapp:
Los besos,
Las conversaciones,
Las incógnitas,
La voz en la distancia,
Los grupos de gente que no son reales.
El teléfono móvil
que nos hace todo.
Termina viviendo por nosotros.
El baile MTV donde todos son sexis
pero nadie baila con nadie
la ropa de moda
la música de la emisora
Youtube y sus millones de visitas
Los Youtuber y su montón de cosas dichas.
Entonces soñar se hace más difícil
Imaginar,
un trajín que vamos olvidando
pensar es un crimen
y la poesía una invitación al delito.
Victoria en el
espejo
cada vez que los pinta
es una pequeña obertura del beso,
un instante en que van a crujir los sueños
que se caen de un árbol
al que le van pasando los años.
Entonces se busca la mirada en el reflejo
Y este
-su reflejo-
va evadiendo la responsabilidad de verse.
Sabe que se miente
que anda enamorada de nuevo.
No le bastaron las ajadas cicatrices
que aún no sabe si han cerrado,
ni las palabras de esos poemas que anda escribiendo en su cuaderno.
Sonríe al fin y al cabo,
Victoria intenta saber que la vida
es ese arsenal de malas decisiones,
pretende entender que el amor
es eso tan humano como ella.
El espejo queda solo
ella lo ojea
entiende que quizás la otra Victoria
tenga la razón
y no le importa,
les queda una vida para seguir
pintándose los labios,
enamorándose del mundo.
Pactos para intentar
un sueño
"La paz más desventajosa es mejor que la guerra más justa"
Erasmo de Rotterdam
Hemos caminado hastiados
media historia
entre huellas de
mentiras y miedo,
nuestras familias en
pantanos de sangre
alabar la muerte
como un santo patrón de todos los días
en el infinito cielo
inalcanzable.
Entonces dejemos los
campos cumplir su función
de sonreírnos las
mañanas,
veamos nacer los
amaneceres en los ojos de nuestros hijos
y correr los ríos
entre las montañas sin que viajen los gemidos.
Nuestras abuelas y
su olor a tierra mojada
soñar las plazas
llenas de manos que labran la fruta
en la boca de las
mujeres saciadas
de amor y esperanza.
Cantar, cantar a
viva voz desde el vientre fértil
No vamos a parir
desdichas,
mirar a los amantes
dormir la siesta de la tarde
sin que llores
despedidas,
tomar el café en
silencio dibujando el horizonte.
No hay duda que la
huella queda,
y que la memoria es
un reloj que nos suena en la cabeza
punzando el corazón
cansado de tristezas.
Pero aún prefiero
besar mil veces esta ilusión romántica que queda
antes que ver
empuñar otra generación valientemente sus fusiles.
Lugar de origen
El eucalipto se cuelga
de los amaneceres
a dónde van los
pájaros.
El campesino desanda
los caminos
silba entre la
cebada una canción para sus hijos,
su mujer se acomoda
los cabellos
con esas manos de
pan
que llevan consigo
la esperanza.
La vaca lame el
ternero
él mama la leche con
los ojos cerrados.
Una tropa de
gallinas escarban la tierra,
mueven sus alas como
intentando un vuelo.
La plaza tiene el
olor del jengibre,
las abuelas
desgranan arvejas, mazorcas y habas
sonríen en el rostro
la evidencia de los años
algo ya cansadas.
Un río de mariposas
oscuras
como un río de
cenizas
esperan ese perfume
de las flores mojadas,
estallar en los
párpados de la brisa,
esa que es mensajera
de las albas.
Es aquí mi lugar de
origen
en estos arbustos
parieron mis raíces,
las piernas de mi
madre se abrieron
al compás de la luz
de mis ojos.
Nacieron mis sueños
en los labios de mi abuela
recitando universos
de palabras.
Luego la arena
cubrió los pinos
el barro penetró las
aguas.
La herida es una
llaga
sangra en el rostro
de las máscaras.
Mi lugar de origen
se ha marchado
sus huellas las
atrapó el asfalto,
yo recojo las
semillas de los años
con las manos
moribundas
ásperas y rasgadas.
Recital de poesía ofrecido por Fabio Andrés Delgado Micán en Bogotá:
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