Ingrid P. González
nació en Bogotá, Colombia (1990). Cuentista, poeta. Ha realizado estudios sobre
creación literaria en el Taller de Crónicas Barriales (2007), en el Taller de
Escritores U. Central (2009) y en el Taller Virtual de Escritores (U. Central y
Fundación Gilberto A. Avendaño).
Primer puesto en el concurso de ensayo de la Fundación Gilberto
Alzate Avendaño con el tema “Literatura, cultura y paz en Colombia” (2007). Jurado
en el Concurso de Cuento, Poesía y Artes Gráficas del SENA (2009). Ha publicado
crónica en la Antología
de Crónicas Barriales y en la página web de la Biblioteca Luis Ángel Arango
(2007), como poesía en la revista Gavia (U. Distrital, 2009), y en el libro Poesía Colombiana (La Esquina Ediciones, 2009); Antología de letras y exlibris
(Ediciones La Máquina Gris y Liga Latinoamericana de Artistas, 2010); Díptico: “Sin destino impuesto” Colombia y
Rumania (compilación de dos poetas colombianos y poetas rumanos, 2010); portada
del número 75 de la revista Bacánika, con el cuento Un Punto Negro; y en una antología de poesía latinoamericana
femenina llamada Femina Poesi (2013) con la Liga Latinoamericana de Artistas;
además de otras publicaciones.
Se encuentra próxima a lanzar su primer libro, The Nueva Orleans Night Club y Otros Cuentos editado por la Liga
Latinoamericana de Artistas.
Fue fundadora y parte del equipo de redacción de la Revista Palabrero
Virtual.
Ha sido invitada a diversos recitales de cuento y poesía en diferentes
bibliotecas, universidades, y locaciones.
Actualmente cursa un pregrado en la Universidad Pedagógica
Nacional y escribe en la sección Kien Bloguea, en la revista KienyKe.com
Cada
vez que nos decimos adiós…
Cada vez que nos decimos
adiós,
hay un centímetro del
fuego
que se alza sobre la roca
en forma de ceniza
hay un fragmento de piel
que se encoje sobre ella
misma
y retuerce
y duele
hay un puño tibio,
azul,
que se posa en un umbral
invisible
Y la ira
Hay una ira
cada vez que nos decimos
adiós;
enloquecida,
silenciosa
Dalí
Ven, aunque no te requiera.
Ven, porque solo así serás
La cura de mar para
Mi paganismo.
Instantáneo
Creo
Y es el rayo,
Pongo esto, "esto",
Y es la fuerza
Que me quebranta.
Conoce mi espíritu
En instantáneo,
Mis manos que trabajan
El infinito.
Error
Las venas están saturadas.
Viaja en ellas el error
De la ascendencia inocente.
El niño extiende su puño,
Sabe que la sangre en él
No es la de sus padres.
Tiene las venas saturadas
De una sustancia que no se explica.
–Es el error, dice su padre.
Él está inocente del puño del niño.
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