(o la madrugada presentida)
1.
Soy una gaviota que no sabe a dónde va
una que va hacia adelante sin más destino que las nubes.
Una que se eleva para hacerse viento y azularse con el cielo libre
y hacerse furia con el sol del mediodía.
Soy una gaviota que no sabe a dónde vuela.
Quizás por eso veo las cosas con más claridad
con la luz de mis ojos y el fuego de mis alas.
Cuando llego al mar como ave que no sabe a dónde se dirige
veo como las olas en realidad son alas de cristal.
Mis alas pequeñitas antes llama, ahora sal, son sus hijas.
Soy el agua que viene y que se va porque tomo la forma de la noche
y me oculto en el resplandor de la mañana. Durante el día soy el agua.
En la noche soy una luz débil de la playa, una aurora luz, una vela luz,
una
/luz de abril
hasta que un gemido ebrio me penetra una y otra vez desde hace varias
/noches
y me deja herida, con las alas rotas.
2.
Soñé que era una gaviota que no sabía a donde iba.
La pesadilla comenzó cuando y desperté.
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