(o el papá que primero fue un sol agonizante)
Yo tengo la mirada de mi padre y el rostro de su soledad.
Heredé sus desilusiones y sus sueños incumplidos.
Su silencio es el mismo silencio mío como es mía la
/desdicha.
Como él, también tuve un jade y fui esclava de su brillo.
Con su peso me quemé las manos y los ojos con su luz.
Esas piedras no están hechas para mí ni para mi destino.
Soy hija de la noche y del mate que reclamo y me
/reclama.
Huella de los chamanes sembrados en la selva virgen de
/la América
y de sus semillas más alcohólicas.
Provengo de la estirpe más adúltera del Señor de Sipán
de la más errante. Yo misma soy una andante sin
/destino.
Soy hija de la noche y camino como buscando mis
/raíces
pero aún no sé para donde voy.
Yo tengo la mirada de mi padre y el rostro de
su soledad.
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