10/01/2015

Flores para un ocaso


Amigos, presento unas palabras que el poeta y profesor Alexánder Buitrago Bolívar escribió para el libro Flores para un ocaso, editado por la Liga Latinoamericana de Artistas en Bogotá, 2013.


Flores para un ocaso (Bogotá, 2013). Portada
del antropólogo y artista plástico Alonso Jiménez.


Flores para un ocaso


Omar Iván Garzón Pinto, autor de este libro de fuego que consume a quien se  lanza a la conflagración de sus páginas, conduce al lector a una poesía urbana escrita en tiempos de guerra. Porque el autor de este libro no se camufla tras exacerbados lirismos ni sube a su alta torre de marfil a contemplar su realidad próxima, alejado del dolor que lo rodea, sino que camina entre las hojas, los ríos, las caracolas, y las olas, y es anónimo entre los muertos bajo un cielo de sangre.
Es más: Nunca se autoproclama poeta ni se regodea en sus más elevados egos literarios o ensimismamientos místicos. Tampoco es un pastor callado que vaga por el campo custodiando sus palabras para que no caigan al olvido. Al contrario, es un artesano que trabaja con las manos y el corazón las palabras cotidianas, para extraer el fuego que calcine al que transita las páginas de Flores para un ocaso, y con ese fuego entre sus manos, hace del lector silencio de agua, silencio donde zumban las ramas de la memoria, abismo bajo la luna, bosque de pájaros, desierto habitado de fantasmas, arado que empuja la lluvia y el llanto en la desolación y la tragedia de la guerra. El lector de Flores para un ocaso es un transeúnte hecho polvo bajo la lluvia en la ciudad de la indiferencia.     
El poeta ha robado el fuego sagrado de los dioses, para entregarlo en Flores para un ocaso, quemándonos las manos. Porque sus manos son ceniza por el fuego de la guerra. Es que Flores para un ocaso tiene páginas memorables no por la técnica usada, ni las metáforas, ni las imágenes bíblicas construidas por un profeta que oye los silbos de Dios, sino porque hay un Jacob postmoderno que sube y baja la escalera de la poesía como un bastión de lucha ante el olvido y la reivindicación de la memoria. Es por eso que Flores para un Ocaso es la voz del  desventurado que acaso es un mendrugo de luz, y ara el aire, y habita el olvido.
Es urgente la lectura y relectura de poesía comprometida políticamente con el desterrado, el desahuciado de la guerra, el desposeído…, y Flores para un ocaso toma partido por los de abajo, por los sin nombre en las listas de desaparecidos, por los anónimos que nunca salen en los noticieros ni son nombrados por el Jet Set de la farándula. Flores para un ocaso no es un manual de poesía ni pretende exhibirse como un grito de moda,es un libro de paz para estos tiempos de búsqueda de la paz, y es una propuesta clara para el desarme de nuestros odios y componendas personales, es un camino que se propone al lector, no sin espinas. 



Alexánder Buitrago Bolívar

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