LOS MANIQUÍES
Cuando nadie los ve
los maniquíes son felices.
Tienen fama de inexpresivos
sufren el menosprecio
de los transeúntes
usan ropa que ellos no deciden
pero cuando nadie los ve
los maniquíes se desnudan
y hablan a carcajadas de nosotros
de nuestros gestos
en los probadores
de la infelicidad
con que vivimos
hundidos en el martirologio
de la estética.
Cuando nadie lo ve
al maniquí sólo le queda la tristeza
de no ser estatua.
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