Unos encarnan a Dios en un gato y profesan
el gateísmo.
Otros creen que cada gato es un Dios y son
gatólatras.
Unos y otros ven un lado de la misma moneda.
Todos ignoran que Dios duerme la siesta
desde toda la eternidad
y que los gatos de esta tierra
son dioses mientras duermen.
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