Mi nombre es Rocio Alejandra Ayala Pimentel y escribo bajo
el seudónimo de Erandy Alejandra, soy mexicana y escribo desde los 8 años de
edad, haciendo poemas para los festivales del día de las madres y del maestro
en la escuela.
Mi motivación para escribir fue mi abuelo, todas las tardes
nos tomábamos un tiempo para leer juntos, o para contarnos historias, las mías
eran las travesuras de cada día, las de él eran historias fantásticas de su
niñez y de su gran amor por la vida.
He participado en varios eventos con poesía y fotografía
como la bienal de foto-septiembre en 1993 y 1994, con sede en la Universidad
Autónoma Chapingo, con los temas “Entre las vías” y “Oda a la muerte” siendo
éste último la portada del evento.
Escribí también para el periódico local en la misma institución, que se
llamó LA HIJA DE LA CORNADA, bajo la dirección del profesor Salvador Díaz, mi
maestro hasta la fecha.
En el año 2012 presenté mi primer poemario titulado ENTRE
SUSPIROS Y RAZONES, en el marco de la segunda velada literario-musical
organizada por la sociedad Poemas del Alma México. En el 2013 lancé a la venta
en internet mi segundo poemario titulado ENAMORADA DE LA VIDA.
Actualmente soy la directora de la revista Fotonautica, homónimo del mismo colectivo, de edición bimestral, cuya labor es la difusión
fotográfica de profesionales y aficionados, donde también se publican algunos
de mis poemas. Colaboro en comunidades de escritores como Ciberpoesía, Sociedad
de Autores Independientes (SAINDE), Unión Hispanomundial de Escritores, entre
otras.
VIVIR EN EL OTOÑO
Que dicha la vuestra!
Vivir el otoño a plenitud,
la experiencia reemplaza
al fuego de la juventud
y a la fuerza de la madurez.
Quien vive en el otoño
está más allá del bien y del mal,
donde los sueños traspasan
las barreras de la existencia
y las fronteras se conquistan
en el ocaso teñido de carmesí.
Otoño, donde los anhelos
tejidos con hilos de plata
bajo el auspicio de sabiduría,
son prueba de la certeza vivida.
Lucida senda de vida dibujada
en los pliegues de una sonrisa,
cuando cándido, fragante y sutil
el viento deshoja la memoria
atesorando recuerdos para sí.
Vivir en el otoño…
¡Que dicha la vuestra!
ELÍSEA
¡Oh, amada diosa celeste!
¡Elísea, chispa divina!
¡Oh, alborada perfecta!
¡Amorosa! ¡Luz perpetua!
Unos dicen que me has dejado,
otros, que has enmudecido,
dicen también que envejecí,
y que a la vez enloquecí.
Dicen que no me hablas,
y hasta creen que ya no me amas;
no saben que el amor nuestro
tiene un lenguaje secreto.
¡Oh mi amada Elísea!
Nunca me abandonarías,
aunque yo te he negado
tantas veces, que un día
se pensó que moriría.
Con el agua del río me amas,
en la lluvia me acaricias,
y en el viento, me susurras
a los ojos, que me amas…
¡Oh Elísea, chispa divina!
Hoy se me niega nobleza,
a falta de un linaje de realeza,
no cuenta la línea purpurea
que he plasmado en cada partitura.
Mañana se alabará mi destreza
sin apreciar tu real belleza,
sin saber que de los rosales,
se expelen notas musicales.
Elísea, sintonía perfecta…
La inspiración de un poeta
y una mirada sinestésica.
Se dice que el hogar es la primera escuela y que los padres y la familia son los primeros maestros; muestra de ello el hábito y el amor a la lectura que te ha permitido plasmar tu lirismo en el mundo de la literatura universal.
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