2/16/2014

Jorge Campos



JORGE CAMPOS Nació en Managua, Nicaragua en septiembre de 1987. Licenciado en Economía. Ganador del primer lugar en cuentos del V Encuentro Nacional de Jóvenes Creativos por el Arte (Managua, 2004). En 2010 sus poemas En pena y Hoguera quedan en la Lista de Ganadores del VII Concurso Anual de Cuento breve y Poesía de la Librería Mediática (Venezuela). Ha publicado en Revista Pórtico21 (Editorial de Costa Rica), Letralia (Venezuela), 400Elefantes (Nicaragua), Freelance Magazine (Nicaragua), Revista Artesanías Literarias (Argentina).




Aquelarre en los escombros de una jaula

Me despiertan esos demonios
en profunda noche parlera
que gime adolorida en mis llagas
sudantes

me arrastran a ese aquelarre
que abraza mi cuerpo
donde la soledad arde mustia
donde las plumas ensangrentadas de pájaros
asilados en mis manos
escriben las palabras que han muerto




Hoguera

Mis ojos
se queman
en la zarza ardiente
Sí, se queman
Y yo
sigo
tratando
de ver





Crimen

A Moisés Palacios


Que tus labios no lo intenten pronunciar

calma mis miedos,
pero es tu mirada la que tajante
y con frenesí absoluto
descarga su filo criminal
en mi pecho.





Sepultureros

Los sepultureros
desenterraron el vacío de mis entrañas,
efímeros llenan el hueco con risas
e historias secretas
Luego llega el momento
Partida irrevocable llorando en silencio
Se abre el hueco
Y yo vuelvo a él





Reducción


Menos que polvo
menos que fuga
abierta herida miserable
pájaro sin vuelo
menos que estela de transparencias
de cigarros extintos,
que voz desplomada que retarda
su eco aterido en templos derrumbados.
Menos que polvo
menos que fuga
no soy el puño irascible ni muerto
un nombre que no encuentra vientre
no soy, sino un sólo intento adormecido
de un todo, de un multiverso agonizante,
pendiente de columnas agrietadas
y vitrales rotos.





Ceremonia del Cenzontle

Cada nota
hiere el cierre
de estos ojos
perseguidos
  
sana
en parpadeos jadeantes
sana
en vuelo libre,
al pico negro
abierto
dirigido
al sol





Oración cíclica pre/post-semana

He decidido no comer ese cadáver fresco
no entregarme a las horas tercas
no envenenar mi sangre con polvos alcaloides

he decidido no rasgar mi lengua erecta
no jugar con fantasmas sexuales
no presumir delirios atrapados en paredes escritas

déjame enrumbar mi cuerpo cansado
al límite del cosmos
allá donde danzan desnudos
cuerpos roídos
que revelan luz.
Amén.





Reminiscencia secular

De una herida abierta
profana e indolente
brota el esperma
progenitor de ángeles
blancos
negros

en la extracción fugaz
de una herida que se seca
al sol implacable de los ecos
mis alas se vuelven de piedra





Latae Sententiae

¡Qué herejía querer acompañar a zanates
en su vuelo iridiscente
al charco sucio que limpia
cabezas de ángeles esclavistas!
¡Qué pecado seguir buscando
entre espesa neblina sombras
esquivas donde la tierra humedece,
seguir cavando tierra infértil
para sembrar la muerte que cierra
de golpe la puerta blanca!
Sólo se escuchan afuera los pasos de un loco
errante de cantos absurdos
gritando: “¡Paz! ¡Paz! ¡Paz!”





Transfiguración

A Lau

El balcón atardecido ve el paso cansado
de tu mirada huraña
y el entreabierto de tus labios
cárdenos
de donde brotan ramas
donde alguna vez planté mi germen:
cicuta.

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