De remata en una esquina
vendo mi sangre por monedas,
la vendo como libro de terror
o lo cambio por otra sangre.
Migajas de pan viejo
para el festín de los habitantes;
puchito de luz, de agua,
de humo sobre el asfalto.
De remate en donde sea,
donde toque y sin mirar comprador; vendo este
hilo frío que me recorre.
Nacimiento de hermanos
muerte de aviones encendidos.
Mi casa es ahora un hueco
para los vacantes de la noche,
y el día, porque también los hay.
Trova femenina o bolero triste,
la canción que me encimen la pago con montañas.
Peligro y sirenas,
sólo eso puedo hablar de mi sangre.
Colección de espejos cortantes
bosque de hierbas venenosas.
Caballero, compre usted mi sangre.
Pido a cambio, un profundo silencio.
Una complicidad solitaria,
una de solitarios.
*Oscar Leonardo Salas Ángel, estudiante de 20 años, cursaba cuarto semestre de Lingüística en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas de la capital colombiana cuando murió el 10 de Marzo del 2006 a
causa de las heridas que le ocasionó un agente del Escuadrón Móvil
Antidisturbios (ESMAD) de Bogotá, en medio de una manifestación en contra de la aprobación T.L.C. con los Estados Unidos de Norteamérica y en defensa de la educación pública colombianas. Su caso sigue en la impunidad.
Artículo sobre Oscar Leonardo Salas Ángel
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