Nostalgia del hogar
No conozco el idioma
de este frío país
ni sigo sus pasos.
Tampoco sé interpretar
las nubes que pasan flotando.
La noche es una reina madrastra.
Siempre debo pensar en los bosques de los
faraones
y beso las imágenes de mis estrellas.
Mis labios brillan ya
y hablan a la lejanía,
y soy un libro de imágenes coloreadas
sobre tu regazo.
Pero tu rostro teje
un velo de lágrimas.
Mis aves que chillan
son los corales clavados,
en los setos del jardín
se petrifican sus débiles nidos.
Quién unge mis palacios muertos -
Ellos llevaron las coronas de mis padres,
sus ruegos se sumergieron en el río sagrado.
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