2/19/2013

Dufay Bustamante



Poeta colombiano nacido en Pereira, Risaralda, en el año de 1985. Actualmente se encuentra radicado en Bogotá, próximo a recorrer el continente con sus versos y su pluma. Se ha acercado a varios grupos y movimientos editoriales y literarios de la capital colombiana. Coautor, en compañía de  Ricky Dávila (fotografía), del libro Nubes de un cielo que no cambia, publicado en España en el año 2009.



Guerra

Instrumentos que dejaron las bocas secas,
con llagas en las palabras.
El humo subió por la pared como un río de cucarachas.
De repente, se vieron gusanos rojos avanzando por las avenidas,
rojas avenidas del cuerpo.
Pelear era normal,
pero usamos las armas equivocadas.

Fredy Yezzed (poeta)




Nació en Bogotá, Colombia, en 1979. Es escritor y viajero.
Su primer libro de poesía, La sal de la locura, fue distinguido en Argentina por los jurados Javier Adúriz, María del Carmen Colombo y Jorge Boccanera con el Premio Nacional de Poesía Macedonio Fernández 2010 publicado en Buenos Aires ese mismo año.
Como investigador literario escribió el estudio Párrafos de aire: Primera antología del poema en prosa colombiano que publicó la Editorial de la Universidad de Antioquia (Medellín, 2010).
Ha obtenido además los siguientes reconocimientos: XII Premio Nacional Universitario de Cuento, Universidad Externado de Colombia, 2001; Premio Nacional de Cuento Ciudad de Bogotá, 2003; Premio Nacional Poesía Capital, Casa de Poesía Silva, 2005, y XXVII Concurso Nacional Metropolitano de Cuento, Universidad Metropolitana de Barranquilla, 2006.
Es licenciado en Lenguas Modernas de la Universidad de La Salle y profesional en Estudios Literarios de la Pontificia Universidad Javeriana. Actualmente adelanta el doctorado en Letras en la Universidad de Buenos Aires, donde estudia las raíces del poema en prosa argentino Lugones, Guiraldes, Girondo.
Después de un viaje de seis meses por Suramérica, se radicó en Buenos Aires, Argentina.
El diario inédito del filósofo vienés Ludwig Wittgenstein es su segundo libro de poesía publicado, pero antecede en su génesis a La sal de la locura




Tres poemas de La sal de la locura.


¿TE HA PASADO ALGUNA VEZ QUE ESTÁS SOLO en alguna banca del parque y de repente ves sobre la palma de tu mano una hormiga que camina? Deprisa, de un lado para otro, entre las estrías, oculta en el cuenco. La observas como diciéndole: “Por allí no, tonta”. El animal se detiene en la mitad del mapa, mueve sus antenitas y prueba el sabor de la sal de tus dedos. Pero resulta también que de sus diminutas cosquillas sale una música que te taladra por allá adentro el hombre insignificante que eres. Canción de psicosis. Una tecla de máquina larga y monótona, siempre la misma, y de fondo el millar de patas de la hormiga tocando ese nervio como una aguja. “Perdida, estás perdida”, le susurras, y le soplas indicándole el camino. Pero ella insiste en acompañarte, en su grandísima existencia te habla del cascabel de las hojas, de la larga travesía al fruto de un álamo; de aquella vez en la que casi muere ahogada en una gota de agua. Se mueve de un lado a otro en el laberinto de tu mano, sutilmente te enseña los recuerdos que se te han dibujado sobre ella. Entonces le confiesas que esa arruga profunda te la inventó una mujer en la que confiaste, que el millar de avenidas que se cruzan desde tus uñas a las falanges son esta ciudad de cosas invisibles, que aquella cicatriz es el recuerdo de las estaciones. La hormiga traza en su hilo invisible el rostro de alguien conocido, de alguien al que crees recordar pero no recuerdas; tienes su nombre en la punta de la lengua y aún así es difuso. Nunca te enteras de que era tu rostro. Pasa imperceptible todo, sólo queda grabado en el agua clara de tus pensamientos esa mañana fría. Te llevas eso y mucho más a los túneles. Vas por los pasillos. A la hormiga le has dado una segunda oportunidad sobre la corteza de un tronco. En el fondo también deseas una segunda oportunidad.
¿Te ha pasado alguna vez que para enfrentar este vacío comienzas a hablar con una hormiga en la mitad de la nada?


...


FUE EN EL PISO NO. 13 DURANTE UN AMANECER DEL INVIERNO. El sol venía remando por el río con su leche opaca. Fue en un balcón sin flores de la calle Jean Jaurès. Salí desnudo a estrellarme contra las agujas del frío. Salí desnudo de mí mismo y de los otros. Temblando cerré los ojos y extendí los brazos para beberme con el pecho toda la intemperie de esta ciudad. A esa hora en que todos los ruidos que nacen se tornan silencio. A esa hora en que uno es tonto y se dice que extrañará esta ciudad.

La tristeza, mujer, la tristeza, la tristeza… ¡Esa bacteria que cala en el alma! ¡Esas aguas espesas de agosto!

Pero la soledad de las azoteas envió cartas de ánimo a la libélula encerrada del corazón. La extraña música del silencio perforó la carne. Y alguien o algo tocó a esa casa vacía que es el alma.

Observaba la ciudad mientras caían hojitas de mis huesos.
—Ese balcón del piso 13 de la calle Jean Jaurès—.

...


¿QUIÉN ASEGURA QUE LA LOCURA NO ES UN INTENTO MÁS DE SALIR DE LA CASA OSCURA? ¿Algo que está entre el hombre y el ser humano? Una ventana dentro de nuestra ventana. Algo que huye de nuestra costumbre de llamar el fuego, de humillar un árbol, de defecar sobre un ramo de niños.

¿Quién asegura que la locura no es ese deseo de vivir en un campo de girasoles, de abonar las plantas, de sentir correr agua limpia dentro del jarrón del alma? Quién negaría que la locura no es esa catástrofe tectónica del rozarse de dos células como dos rosas a las cuales les lleva tiempo acostumbrarse al olor del otoño, que deben dar el atlántico salto de una millonésima de milímetro más, que tienen en su sangre toda la responsabilidad de salvarnos. Y aún más: que no desean salvarse si no nos salvamos todos.

¿Acaso no se han dado cuenta? Los dioses no existen, ¡pero estamos juntos! Somos dios, la noche, la esperanza.




Recital ofrecido por el poeta colombiano Fredy Yezzed en Argentina.


Silvio Rodríguez - "Sueño con serpientes"

Canción Sueño con serpientes del músico y cantautor cubano Silvio Rodríguez



"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles."

Bertolt Brecht

Gabriela Mistral


La otra

Una en mí maté:
yo no la amaba.

Era la flor llameando
del cactus de montaña;
era aridez y fuego;
nunca se refrescaba.

Piedra y cielo tenía
a pies y a espaldas
y no bajaba nunca
a buscar «ojos de agua».

Donde hacía su siesta,
las hierbas se enroscaban
de aliento de su boca
y brasa de su cara.

En rápidas resinas
se endurecía su habla,
por no caer en linda
presa soltada.

Doblarse no sabía
la planta de montaña,
y al costado de ella,
yo me doblaba...

La dejé que muriese,
robándole mi entraña.
Se acabó como el águila
que no es alimentada.

Sosegó el aletazo,
se dobló, lacia,
y me cayó a la mano
su pavesa acabada...

Por ella todavía
me gimen sus hermanas,
y las gredas de fuego
al pasar me desgarran.

Cruzando yo les digo:
-Buscad por las quebradas
y haced con las arcillas
otra águila abrasada.

Si no podéis, entonces,
¡ay! , olvidadla.
Yo la maté. ¡Vosotras
también matadla!

Esther Castañeda Vielakamen


O viceversa

Te filtras en mi cama
y en mi raíz cuadrada
por los ángulos de la puerta
te filtras en la inconsciencia ajena
en el abrazo de la palabra
a tropezones en la memoria
entre los misterios del cuerpo
te filtras por las rendijas de mi vida
cuando hago juramentos para el olvido
te filtras por las paredes de mi habitación
encantos y desencantos
de gozos y llantos o viceversa
te filtras por mi sueño
y vagabundeas con tu lengua
amante de pasados foráneos
los candelarios se sumergen en el vino comprado la
víspera del adiós
y te evoco como a través de las persianas 
¿con cuántas ya habrás enterrado mi nombre?
las marcas de la aventura en agonía
en este último verso.

Magda Portal


Posesión

La sombra
cómo va poseyendo
la estancia vacía…
Silenciosamente

Las siete
Callamos   Yo   admiro
cómo hunde sus dedos en la sombra
en los raros objetos…
sin hacer un ruido

Afuera vocear de chiquillos
misérrimos
Adentro
silencio

La sombra me palpa los ojos
me palpa la frente
tiene suavidades de seda
su mano
tan tenue

Inmóvil contemplo
la sombra
que tiene la audacia
de tomarlo todo
Me despierta
mi aliento

Y hablo despacio
el amigo que se hunde en lo oscuro
y mira en silencio…

¡Cómo
va poseyendo la sombra
mi cuerpo…!

Libros: Poetas colombianos I

Piedra a piedra de Hernán Vargascarreño.



Yo me pregunto si la noche de Juan Pablo Roa.


Alas de viaje en un instante de Omar Ardila Murcia.




La sal de la locura de Fredy Yezzed.


Silencio de la huella de Germán Villamizar.


Nubes de un cielo que no cambia de Dufay Bustamante.


Ataúd tallado a mano de Flóbert Zapata Arias.


La desmesura de Andrés Barbosa Vivas.


El forastero de Xavier de las Casas.


KENTIPAY LLATTANTUTAMANTA El colibrí de la noche desnuda de Fredy Chicangana.

Paco Ibáñez - "A galopar"

Poema Galope de Rafael Alberti, esta vez musicalizado por el español Francisco Ibáñez Gorostidi, mas conocido como Paco Ibáñez.


(La imagen no es lo mejor que encontré, sin embargo, el sonido es bueno)


Galope

Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.
Galopa, jinete del pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

Eugenio Montejo


LOS ÁRBOLES

Hablan poco los árboles, se sabe.
Pasan la vida entera meditando
y moviendo sus ramas.
Basta mirarlos en otoño
cuando se juntan en los parques:
sólo conversan los más viejos,
los que reparten las nubes y los pájaros,
pero su voz se pierde entre las hojas
y muy poco nos llega, casi nada.

Es difícil llenar un breve libro
con pensamiento de árboles.
Todo en ellos es vago, fragmentario.
Hoy, por ejemplo, al escuchar el grito
de un tordo negro, ya en camino a casa,
grito final de quien no aguarda otro verano,
comprendí que en su voz hablaba un árbol,
uno de tantos,
pero no sé qué hacer con ese grito,
no sé cómo anotarlo.

Antonia Palacios

Poema de Antonia Palacios (poeta, novelista ensayista venezolana). 


Luz Machado


LA CASA POR DENTRO

La casa necesita mis dos manos.
Yo debo sostener su cal como mis huesos,
su sal como mis gozos,
su fábula en la noche
y el sol ardiendo en mitad de su cuerpo.
Deben dolerme las cortinas y sus gaviotas
muertas en el vuelo.
Conmoverme el jardín y su antifaz de flores dibujado,
el ladrillo inocente acusado
de no haber alcanzado los espejos,
y las puertas abiertas para las recién casadas
con su rumor de arroz creciendo bajo el velo.
Debo atender su réplica del universo,
la memoria del campo en los floreros,
la unánime vigilia de la mesa,
la almohada y su igualdad de pájaros dispersos,
la leche con el rostro del amanecer bajo la frente
con esa yerta soledad de una azucena
simplemente naciendo.
Debo quererla entera, salida de mis manos
con la gracia que vive de mi gracia muriendo.
Y no saber, no saber que hay un pueblo de trébol
con el mar a la puerta
y sin nombres
ni lámparas.

2/16/2013

Omar Ardila Murcia (Valle de Laboyos, Colombia, 1975)




Poeta, ensayista y analista cinematográfico. Publicó Alas del viaje en un instante (Sic Editorial, 2005), Palabras de cine (Sic Editorial, 2006), Corazón de Otoño (Sic Editorial, 2010) y Espejos de niebla (A seis manos, 2012). Ha participado en las antologías Solamente palabras y Estrella fugaz del Centro de Estudios Poéticos de Madrid, España; En la antología Paseo en verso del grupo editorial Pasos en la Azotea de Querétaro, México; En la antología Poesía Social sin Banderas (Manizales, Colombia 2006); En las antologías Mantícora Azul y Díptico - Sin destino impuesto, de la Liga Latinoamericana de Artistas (Bogotá, 2010); Y en la antología Altazor un millón de poemas contra la guerra, la impunidad y el olvido, (Bogotá, 2010). Ha obtenido las siguientes distinciones: Segundo puesto en el 2° Certamen de poesía y prosa Azul (España 2004); Mención de Honor en el 4° Certamen Internacional de poesía “Mis Escritos” (Argentina 2005); Finalista en el IV Concurso de poesía YoEscribo.com (España 2005); Primera  Mención de Honor en el concurso de poesía ecológica “Los guayacanes de Popayán” (Colombia 2005); Segundo premio en el Concurso Departamental de Literatura del Huila, modalidad ensayo (Colombia 2010); Ganador del Premio de Poesía José Eustasio Rivera (Huila, 2012). Colabora permanentemente en diversas revistas virtuales e impresas, en las secciones de cine y literatura.





La ciudad de la angustia

Para Alonso Londoño

En esta ciudad que me consume, todo ha quedado
reducido a una enorme ventana, por donde se fuga la única
ilusión que me sostiene: levantarme de ésta arraigada silla y
caminar de espaldas para olvidar el extravío del tiempo que
me trajo al recinto del cuerpo abofeteado por la crueldad.

En esta ciudad de nadie, aprendí que la vida era un 
interminable sueño, donde persistían inmóviles mis huesos
frente a todas las puertas despejadas.


Luis Eduardo Aute - "Al alba"

Canción Al alba, del músico, cantautor, director de cine, pintor y poeta español Luis Eduardo Aute.


Flóbert Zapata (poeta)




Nació en Filadelfia, Colombia, en 1958. Es autor de los libros de poesía Copia del insecto (1991), Después del colegio (1994), Declaraciones (1999), Ataúd tallado a mano (2006) y del de cuentos breves La bestia danzante (1995). En materia de compilaciones, coautor de Cuento caldense actual (1993) y autor de La generación invisible (2000) y Musa Levis. Breviario de poesía contemporánea de Caldas (2002). Ha obtenido los siguientes premios: Universidad de Antioquia, 1993; Ciudad de Chiquinquirá, 1999; Antonio Llanos, 2001. Fue finalista del Premio de poesía del Ministerio de Cultura en las ediciones 1997, 2001 y 2002. Su obra ha sido incluida en compilaciones de poesía colombiana. Ha ejercido la docencia en las universidades de “Manizales” y “Caldas”, en la que realizó una especialización en literatura hispanoamericana, en la secundaria y actualmente en primaria. Funda y dirige el sello editorial lyrica species. Dirige el plegable Musa Levis.



Poemas de Ataúd tallado a mano

13
Por favor una silla en vez de un ataúd,
una canción flamenca
que me haga recordar la esclavitud
de viajar por la fuerza, a cambio de la ronca
convención de cigarras de sus rezos.
Y una danza, cualquiera,
de mujeres desnudas y senos opulentos:
mi Aqueronte de leche.


65
Una montaña de un millón de cadáveres,
en un millar de años,
produce la energía suficiente
para encender la luz
de un cocuyo durante tres segundos.


144
Son meras, meras, guerras
¿Cómo orientarnos?
El planeta se llama Cementerio.
Los países se llaman Cementerio.
Las ciudades se llaman Cementerio.
Las aldeas se llaman Cementerio.
Las calles y avenidas se llaman Cementerio.
Las montañas, los valles, los ríos y los mares
se llaman Cementerio. ¿Cómo orientarno?, ¿cómo?




Flóbert Zapata en el Festival Internacional de Poesía de Cali:



Fredy Chicangana (1964, Nación Yanakuna, Colombia)




Es un poeta indígena del Pueblo Yanakuna de Colombia. Nació en . Con su trabajo literario ha venido participando activamente en el fortalecimiento de su cultura natal, siendo miembro fundador y representante del grupo Yanamauta, que es, conocimiento y saberes yanaconas. Igualmente ha venido acompañando los trabajos que adelanta el Cabildo Mayor de su Pueblo Yanacona para el florecimiento de la palabra. Es autor del libro El colibrí de la noche desnuda y otros poemas del fuego (Bogotá, 2009). Respecto a la poesía el poeta expresa: “La poesía es compromiso con la esencia de la vida. En la medida que nombramos el mundo, en la forma como creamos o recreamos  imágenes, en la manera  como nos acercamos a los posibles  e imposibles, a los poderes   que  atan  este universo, a las fuerzas que nos permiten volar y hacer volar, en fin, condensamos un destino  común con la madre tierra: permanecer ,  trascender, despertar, tocar, inundar de belleza, brindar agua para refrescar el espíritu,  ir a la médula humana para saber que  somos sangre de la misma tierra, somos todo y nada, somos aquello que nos permite respirar mucho más hondo”.


Poeta Fredy Chicangana en el Instituto San Basilio (Suba, Bogotá. 2012)

Hernán Vargascarreño (Zapatoca, Colombia, 1960)




Poeta, traductor y editor. Docente de literatura egresado de la Universidad Industrial de Santander. Creó y dirigió en Santa Marta el programa nacional Poesía Mar Abierto (1991-2008). Dirige la revista de poesía Exilio. Actualmente se desempeña como docente en el distrito de Bogotá y como tallerista en la Casa de Poesía Silva. Ha publicado los libros Plural (1993), País íntimo (2003, 2006 y 2007)) y sus traducciones al Castellano Almenas del tiempo, de Edgar Lee Masters (2003) y ¿Quién mora en estas oscuridades?, edición bilingüe de Emily Dickinson  (2007). También ha recibido, entre otras, las siguientes distinciones: Beca del Ministerio de Cultura en la modalidad de creación literaria (1999); Premio Nacional de Poesía Antonio Llanos (Cali, 2000); segundo finalista en el Premio Nacional de Poesía Ciudad de Bogotá IDCT (2002); Premio Nacional de poesía sin banderas de la Casa Silva (2003).




Poemas de Piedra a piedra


3
CADA PALABRA lleva lo suyo,
una especie de eco profundo
que ha viajado con los siglos,
un testigo pétreo
de la desolación de los hombres,
algo así como un fantasma
marmóreo del tiempo.
De pronto,
una simple pasión,
una bandera, un sueño,
estallan todo su pasado
y exhiben ante nosotros
el vaciado de sus vísceras
como única defensa.
Nada hemos dejado de ella
si pretendemos recogerla.



6
CUANDO SE LANZA una piedra
también se lanza la palabra piedra.

Cuando se besan otros labios
también besamos la palabra labios.

Cuando la angustia tiembla
en nuestro pecho
también tiembla la palabra angustia.

Cuando vislumbramos la muerte
ya somos la palabra muerte.



7
UNA PALABRA dice lo suyo.
Otra le contradice secamente.
Una mas se solidariza con la primera.
Otra duda de las dos.
Aparece una que solo las observa a todas.
Luego llegan otras a curiosear
y otras más se plantan ante la escena
esgrimiendo sus cínicas sonrisas.

Pasados solo unos momentos
ya todas opinan libremente del bien y del mal,
y cada una acepta el cinismo de la otra
solo por la certeza de su propia orfandad.





El poeta Hernán Vargascarreño recita algunos poemas.


Juan Pablo Roa (Bogotá, Colombia, 1967)




Estudió Letras en Bogotá, y, tras un viaje por Portugal e Italia (1993-1997), motivado por un doble luto familiar a raíz de la muerte de su padre y luego de su hermano, se radicó en Barcelona (España) en el año 2000, donde se desempeña como editor. Es fundador y codirector (junto con Roberta Raffetto) de la revista de poesía «animal sospechoso», editada en Barcelona. Ha publicado los libros de poesía «Ícaro», (1989), «Canción para la espera» (1993), «El basilisco» (2007) y «Existe algún lugar en donde nadie» (2011, XXXV premio de poesía Vila de Martorell de 2010). Sus poemas han aparecido en revistas literarias de España y América.



Poemas del libro Yo me pregunto si la noche lenta

AHORA el poema es manglar,
agua clara que corre lenta,
que toca y acaricia ramas;
espejo invernal de luz que como el agua
toma forma endurecida de arcilla.



VOY hacia la luz que me trasciende,
hacia la palabra trascendida sin buscarte
y allí estás oculto en tu agua,
en el secreto ejercicio
de tomarnos por la mano,
yo hijo y tú hierba voraz contra el viento.

Extrañas oraciones que de tu boca sigo amando
y que en mí bajan como animal enorme,
palabra-mamífero hecha de sorpresas.



TODA carne es como hierba:
flor del aire y púrpura en los ojos
cuando la muerte enseña otra luz
y párpados ajenos aprenden
el estar y la quietud.



Xavier De Las Casas (1983)


Poeta y publicita colombiano. Sus poemas han sido publicados en algunos periódicos, semanarios y revistas locales desde el año 2002. Ha participado en antologías junto a poetas mexicanos, ecuatorianos, argentinos y rumanos convocados por la LIGA LATINOAMERICANA DE ARTISTAS. Su primer libro El Forastero fue publicado en el 2009. Actualmente trabaja en el proyecto ‘’Teatro de esquina’’. 



Poemas de El Forastero

Vuelo

Un cielo sin estrellas
y de pronto:
la eternidad y yo,

alma mortal,
solitaria

perdidas las fuerzas
de mis alas,
que se olvidaron de
volar.



Éxodo

Tal vez lo esté imaginando
y ya no habrá
ayer ni hoy,
tal vez, ni siquiera
un pensamiento
cuelgue
de la ciudad infinita.

Inverosímil te veo
como agua que se escapa
entre mis dedos.



Suceso

¿Quién cuidará de mi?
¿Quién me escuchará?
¿Quién será mi alivio?

Dime palabra siega,
Ceniza del aire.


Ciudad desértica

Llegó el frío nostálgico del norte
escalando ágilmente las murallas de mi tristeza
La soledad irrumpió
por las ventanas de mi garganta
con aquel ritmo incesante
que devora alientos con sus espejismos
Ni siquiera me es permitido
hoy
pronunciar eco alguno
que pueda ser el alivio
a esta vieja canción
desmoronada de la vieja trompeta solitaria
de la que salió mi despedida
el día que llegó
el frío nostálgico del norte
y vi el primer cadáver de la guerra.

2/11/2013

Emiliano Zuleta - "Sin ti"

Versión de la canción Sin ti, del legendario acordeonero, cantante y compositor colombiano Emiliano Zuleta. 


Gladys Castelvecchi


La enredadera

Por el molino del huerto
asciende una enredadera.

El esqueleto de hierro
va a tener un chal de seda

ahora verde, azul más tarde
cuando llegue el mes de Enero

y se abran las campanillas
como puñados de cielo.

Alma mía: ¡quién pudiera
Vestirte de enredadera!

Delmira Agustini


 Tu boca

Yo hacía una divina labor, sobre la roca
creciente del orgullo. De la vida lejana
algún pétalo vivo voló en la mañana,
algún beso en la noche. Tenaz como una loca,

seguía mi divina labor sobre la roca,
cuando tu voz que funde como sacra campana
en la nota celeste la vibración humana,
tendió su lazo de oro al borde de tu boca;

-¡Maravilloso nido del vértigo, tu boca!
Dos pétalos de rosa abrochando un abismo...-
Labor, labor gloriosa, dolorosa y liviana;

tela donde mi espíritu se fue tramando él mismo
tú quedas en la testa soberbia de la roca,
y yo caigo sin fin en el sangriento abismo!

Manlio Argueta


Cárcel 

¿Dónde estarán los otros? Dijeron que vendrían
pero nadie aparece. Nuestros ojos amarran 
los últimos recuerdos pero nadie aparece. 
Escribimos un nombre (las paredes son grises):
aquí estuvieron hombres como fieras en selva,
aquí se amaron otros como nunca se amaron. 
  
¿Cuándo vendrán los otros para hablar,
para mirar a alguien, para sonreír
con las personas? A veces digo
que estoy triste y recuerdo las voces que recuerdo. 
  
¿Dónde estarán los otros? Dijeron que vendrían.
Salgo a buscar a mis amigos
y me encuentran cercado por los muros.  

Luis Ortíz Guzmán (El Viejo Bucanero)

Texto de El Viejo Bucanero sobre el oficio de escribir. Publicado en el libro Tunjuelito en cuentos y poemas.

El cuento del cuento
El cuento y su relectura, cómo escribir un cuento, para ser un escritor de cuentos, cómo llegar a ser cuentista, mis primeros cuentos, el cuento y su estructura, el hombre y el cuento, cuanto y palabra, palabra que cuento, orígenes del cuento, como me hice cuentista, entre el cuento y la novela, cien años de cuentos, cuento y realidad, ¡cuente a ver!, puro cuento, cuento y puntuación, no coma cuento, el cuento popular, el cuento erótico, el cuento policíaco, cuentos de putas, cuentos de brujas, cuentos de fútbol, el cuento de terror, cuento seguido, el arte de escribir cuentos, la gramática y el cuento, ¿el cuento es un arte? cuentos del mar, los mejores cuentos del mundo, doce cuentos peregrinos  el último cuento, cuentos para imbéciles, cuentos campeones, el cuento y el espacio, el cuento y la carne, cuentos trágicos, la memoria y el cuento, el cuento perfecto, cuentos prohibidos, maestros del cuento, cuento y estilo, los lectores y el cuento, el cuento corto, el cuento y su influencia en los negocios, el cuento de evasión, cuento y desempleo, escriba cuentos y sea feliz, el cuento y los derechos humanos, cuentos clásicos y populares, el pequeño cuentista, mujer y cuento, cuento y recuento, el cuento y el tiempo  el cuento y el Espectador, el cuento y la historia, cuentos del rebusque, cuentos rebuscados  cuentos para después de hacer el amor, la esquina del cuento, como escribir cuentos sin ser cuentista, yo cuentista, el perfecto cuentista, todos somos cuentistas, cuentos cuentistas y cuenteros, cómo titular un cuento, cuento y semántica, cuantas palabras deben contar un cuento, la cacofonía en el cuento, sicoanálisis del cuentista, cuentos paracos, cuentos políticos, cuentos guerrillos, el cuento en el cine, cuento y teatro, cuento y revolución, cuento y leyenda, para una antología del cuento, cuentos de la abuela, cuentos inmorales, cuentos morales, teoría del cuento, cuento y metáfora, historia del cuento, enciclopedia del cuento, cuentos de la cripta, cuentos del milenio, cuentos de navidad, el perfecto, cuentos maravillosos, cuentos estúpidos, cuentos kafkianos, cuentos de todos los países, cuentos de hadas, cómo matar a un cuentista, el último cuento.

Escribí ocho cuentos sobre la vida del barrio, cogí mi cámara fotográfica y disparé cinco rollos a diestra y siniestra, envié todo al concurso y ¡primer premio! Homenaje con alcalde a bordo, entrevistas, radio televisión, revistas, periódicos, invitaciones a todos los barrios, lecturas de cuentos, viajes, tres libros publicados, abrazos, amores, envidias y chismes, el vagabundo, el gamín, el librero callejero confirmado escritor. Y a desarrollar mas temas, las descripciones, el realismo, imágenes cinematográficas, a cultivar la poesía y ahí si aprender a ser escritor; sin para dentro de tus posibilidades, dentro de tu cabeza, dentro de tu pueblo que te tiene paciencia  y mas libros y un tiempo para beber y para amar y he aquí que el joven Luis Alberto nos da otra oportunidad de echar a volar los cuentos, los poemas y el espíritu, tres cuentos y unos poemas que andan por ahí esperando este momento, aquí van.


Fotografía de Milcíades Arévalo.

Luis Ortíz Guzmán_ (El Viejo Bucanero)


Saltos hacia el sol


A Jaime Castiblanco

"Mientras brilla el sol de la tarde, esplendido y vivificante,
He oído silbar al viento, he visto las nubes negras,
He visto desde abajo aquello que se eleva,
¡Oh! Espectáculo soberbio. Oh Indómito como mi corazón /poderoso."
Walt Whitman

Cometas combas, papaloteras;
Culebras airosas, juguetonas,
Paralelepípedos de papel crepé.

Redondas, triangulas, serpentinas,
Almas infantiles, voladoras, saltarinas,
Buceadoras del aire, juguetonas,
Coronas fúnebres de la tristeza, culebras.

Conquistadoras del sol,
Estrellas rabonas.
Coquetonas locas, damas vagabundas,
Birlochas, vírgenes volantineras.
Palomas concubinas del aire.
Cuadrículas pícaras, cometas cohetonas,
Volando felices sobre la Isla del Sol.








Recital de Luis Ortiz, "El Viejo Bucanero" en Aseis manos, Bogotá.



Fotografía de Milcíades Arévalo.

2/09/2013

Chavela Vargas - "La llorona"

Canción La llorona de Chavela Vargas, quien fuera una cantante nacida en Costa Rica y nacionalizada mexicana. 


Germán Villamizar (1953 - 2011)


(San Jacinto del Cauca, departamento de Bolívar, 1953 - Bogotá, 2011). Poeta, traductor y ensayista colombiano. Publicó textos y poemas en revistas y periódicos culturales de América Latina. Fue catedrático de literatura por una década en la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá. Autor de Silencio de la Huella, 2003.


DESNUDA tu piel de cordillera,
pincha tu carne con compás y regla,
atornilla sin furia tu mirada,
dobla en ti la simetría del aire,
estírate hasta el borde taciturno
donde un sueño áspero dormirá contigo.
Ciega tu herida ciega
y juguemos al azar:
el corazón absurdo es otro dado.


Roberto Bolaño


Lupe

Trabajaba en la Guerrero, a pocas calles de la casa de
Julián
y tenía 17 años y había perdido un hijo. 
El recuerdo la hacía llorar en aquel cuarto del hotel
Trébol,
espacioso y oscuro, con baño y bidet, el sitio ideal
para vivir durante algunos años. El sitio ideal para
escribir
un libro de memorias apócrifas o un ramillete
de poemas de terror. Lupe
era delgada y tenía las piernas largas y manchadas
como los leopardos.
La primera vez ni siquiera tuve una erección:
tampoco esperaba tener una erección. Lupe habló de su
vida
y de lo que para ella era la felicidad.
Al cabo de una semana nos volvimos a ver. La encontré
en una esquina junto a otras putitas adolescentes,
apoyada en los guardabarros de un viejo Cadillac.
Creo que nos alegramos de vernos. A partir de entonces
Lupe empezó a contarme cosas de su vida, a veces
llorando,
a veces cogiendo, casi siempre desnudos en la cama,
mirando el cielorraso tomados de la mano.
Su hijo nació enfermo y Lupe prometió a la Virgen
que dejaría el oficio si su bebé se curaba.
Mantuvo la promesa un mes o dos y luego tuvo que
volver.
Poco después su hijo murió y Lupe decía que la culpa
era suya por no cumplir con la Virgen.
La Virgen se llevó al angelito por una promesa no
sostenida.
Ya no sabía qué decirle.
Me gustaban los niños, seguro,
pero aún faltaban muchos años para que supiera
lo que era tener un hijo.
Así que me quedaba callado y pensaba en lo extraño
que resultaba el silencio de aquel hotel.
O tenía las paredes muy gruesas o éramos los únicos
ocupantes
o los demás no abrían la boca ni para gemir.
Era tan fácil manejar a Lupe y sentirte hombre
y sentirte desgraciado. Era fácil acompasarla
a tu ritmo y era fácil escucharla referir
las últimas películas de terror que había visto
en el cine Bucareli.
Sus piernas de leopardo se anudaban en mi cintura
y hundía su cabeza en mi pecho buscando mis pezones
o el latido de mi corazón.
Eso es lo que quiero chuparte, me dijo una noche.
¿Qué, Lupe? El corazón.

Nathalie Handal - "AHMAD"


Poema Ahmad, de la autora palestina Nathalie Handal. Traducido al español por Germán Villamizar.


Germán Villamizar

Poemas de Silencio de la huella



DESEMBOCAR al otro lado de la sombra
es imposible;
sobreponer otro hilo al tejido, demasiado;
amarrar un sol a otro sol
en el agua y la arena
prisioneras del cristal
desdibuja el ayer que no recuerdo.
En el borde del mar y los espejos
sueña el antiguo caracol
los lentos finales que repite sin estorbos.



NO SON imposibles el tejido y la sombra.
El ayer, patio de sueños,
semeja
caracoles o espirales
incansables que se alejan
en la imagen del otro
fragmentado en gránulos de arena.



"It´s just a dirty trick."
Ernest Hemingway

AYER enterró su perro negro.
De noche, otro rastro tras las hojas.
Desgarraba la luna entre los ojos
y aullidos de sombras en la lengua.
Cuando duerma y sueñe con su dueño
recorrerá un sendero de pasos imposibles
o husmeará una corona trenzada con los miedos.
Ignoro si el hombre también sueña,
perdido con la muerte entre los ojos.



Vicente Gerbasi


Canto V

A veces caigo en mí, como viniendo de ti,
y me recojo en una tristeza inmóvil,
como una bandera que ha olvidado el viento.
Por mis sentidos pasan ángeles del crepúsculo
y lentos me aprisionan los círculos nocturnos.
Venimos de la noche y hacia la noche vamos.
Escucha. Yo te llamo desde un reloj de piedra,
donde caen las sombras, donde el silencio cae.

Carlos Gardel - "Mis flores negras" (Julio Flórez)


Poema Mis flores negras, del colombiano Julio Flórez,  en voz del mítico cantante, compositor y actor de cine (¿argentino o uruguayo?) Carlos Gardel.


Oye: bajo las ruinas de mis pasiones,
en el fondo de ésta alma que ya no alegras,
entre polvo de ensueños y de ilusiones
brotan entumecidas mis flores negras.

Ellas son mis dolores, capullos hechos
los intensos dolores que en mis entrañas
sepultan sus raíces cual los helechos,
en las húmedas grietas de las montañas,

Ellas son tus desdenes y tus rigores;
son tus pérfidas frases y tus desvíos;
son tus besos vibrantes y abrasadores
en pétalos tornados, negros y fríos.

Ellas son el recuerdo de aquellas horas
en que presa en mis brazos te adormecías,
mientras yo suspiraba por las auroras
de tus ojos... auroras que no eran mías.

Ellas son mis gemidos y mis reproches
ocultos en esta alma que ya no alegras;
son por eso tan negras como las noches
de los gélidos polos... mis flores negras.

Guarda, pues, este triste, débil manojo
que te ofrezco de aquellas flores sombrías;
Guárdalo; nada temas: es un despojo
del jardín de mis hondas melancolías.

Darío Jaramillo Agudelo


Unos encarnan a Dios en un gato y profesan
el gateísmo.
Otros creen que cada gato es un Dios y son
gatólatras.
Unos y otros ven un lado de la misma moneda.
Todos ignoran que Dios duerme la siesta
desde toda la eternidad
y que los gatos de esta tierra
son dioses mientras duermen.

2/06/2013

Alexis Díaz Pimienta


LOS MANIQUÍES



Cuando nadie los ve

los maniquíes son felices.



Tienen fama de inexpresivos

sufren el menosprecio

de los transeúntes

usan ropa que ellos no deciden

pero cuando nadie los ve

los maniquíes se desnudan

y hablan a carcajadas de nosotros

de nuestros gestos

en los probadores

de la infelicidad

con que vivimos

hundidos en el martirologio

de la estética.



Cuando nadie lo ve

al maniquí sólo le queda la tristeza

de no ser estatua.