11/23/2015

LA RISA DEL AHORCADO del poeta Henry Luque Muñoz


El próximo viernes 11 de diciembre de 2015 será presentado en el Centro Cultural Gabriel García Márquez el Libro La risa del ahorcado, del poeta bogotano Henry Luque Muñoz (1944-2005). La cita será a a las 17:45 en la Carrera 11 No. 05, esquina, barrio La Candelaria, Bogotá, Colombia.

En este evento participarán Fredy Yezzed, compilador, Juan Felipe Robledo, Jorge Cadavid, Alici Rodríguez, Luz Mary Giraldo, Álvaro Miranda, José Luis Díaz-Granados, Augusto Pinilla y Philip Potdevin.

Entrada libre y gratuita.

LA RISA DEL AHORCADO, del
poeta Henry Luque Muñoz.


Al respecto, Yezzed nos comenta: El lector encontrará en La risa del ahorcado un recorrido cronológico por las dos etapas de la obra lírica del poeta, ensayista y traductor Henry Luque Muñoz (Bogotá, 1944-2005). Una primera, de corte experimental e intuitivo; y una segunda, donde despliega y consolida toda su imaginación en un lenguaje simbólico de contenido irónico, crítico y erótico.

Por primera vez, se presentan poemas de su libro inédito Antología apócrifa, apasionante recorrido por los autores que lo formaron durante su vida.

Al final, el lector asiste a un banquete de magia, intensidad y deseo. El que bebe de este vodka queda embriagado por un perfume único y misterioso.

   Fredy Yezzed


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Henry Luque Muñoz (Bogotá, 1944-2005). Poeta, ensayista, traductor y compilador. Era graduado en sociología. Fue Profesor Titular de la Universidad Externado de Colombia, y Asociado de la Pontificia Universidad Javeriana, en la que obtuvo el magister en literatura. Vivió en Europa y Rusia, donde se centró en la investigación de los escritores rusos. 
Sus libros de poesía publicados: Sol cuello cortado (Bogotá, 1973), Lo que puede la mirada (Bogotá, 1977), Libro de los caminos (Bogotá, 1991) –distinguido como finalista en el Premio Casa de las Américas de La Habana, Cuba–, Antología desnuda (Revista Golpe de Dados, Julio-Agosto, 1997), Polen de lejanía (Bogotá, 1998), Arqueología del silencio (Bogotá, 2002), póstumo Escrito con la garra del halcón: Del Diario inédito de Alexandr Pushkin (Bogotá, 2006) y su antología bilingüe Polen de depãrtare (Bucarest, 2001).
En el campo de la crítica literaria se destacan: Domínguez Camargo, la rebelión barroca (Bogotá, 1976), Dos clásicos rusos: Turguénev y Saltikov-Schedrin (Moscú, 1989), Tambor en la sombra. Poesía colombiana del siglo XX (México, 1996), El erotismo del Cielo. Una introducción a la historia social de la literatura rusa moderna (Manizales, 1999), William Shakespeare: una estética de la noche (Bogotá, 2004), Fiódor Dostoievski: apuesta por el alma (Bogotá, 2005).





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En el siguiente enlace podrán leer una entrevista concedida por Luque Muñoz al poeta Fredy Yezzed: http://www.laotrarevista.com/2011/11/henri-luque-munoz-entrevista-fredy-jezzed/


Aldemar González González: poeta



Poeta Aldemar González González


ALDEMAR  GONZÁLEZ  GONZÁLEZ (Bogotá, D.C. 1975). Poeta y músico. Es autor de los poemarios: Retrato Hablado de la Muerte, La Ruta del Extravío, Los Años Anegados, Autopsia, La Ascendente Presencia, y coautor de publicaciones como: Las Voces del Río (2004)Libando la Palabra (2007)Versos en la Esquina de la Ceguera (2007)La Poesía Está en la Calle (Encuentro de Saberes Urbanos, 2009)50 Poetas Colombianos y una Antología (Editorial Caza de Libros, Ibagué, 2010), y El Rayo que No Cesa (Antología Poética, Editorial Cuervo de Papel, Bogotá, 2013), entre otras. Gestor Cultural. Miembro y cofundador en el año 2000, de la Sociedad del Poema en Emergencia, en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Combina la Pedagogía Musical con el espacio de poesía: Palabras de Abismo, que busca promover dentro y fuera de Bogotá, la obra de poetas inéditos y las más reflexivas voces de la actual poesía en Colombia. Artículos y poemas suyos aparecen en revistas especializadas.  

aggpedestre30@hotmail.com





RETORNO 

En la memoria de la casa vacía,
el patio
no es otro sol distinto a nuestra infancia.



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OFICIALIDAD
                   . . .te pareces al público,
                al que nunca hay que ofrecer
          perfumes finos que lo exasperen,
sino basura cuidadosamente
                                                      /elegida. 
                                                                                                            C. BAUDELAIRE.

Allí el aplauso
no romperá tu espejo:
En la penumbra              
aun la luz más tenue
consigue deslumbrar.



*       *       *



ARTE POÉTICA

La poesía:
futuro para verse
en el origen.

Canto de asombros
en medio del abismo.
Ruta de la luz.

Ojo del sueño.
Temblor donde el silencio
es grito y vuelo,

preludio y adiós.
Verano de la noche.
Invierno del ser.

Si ella es tu reino:
sé el amo de la muerte
con tus palabras.



*       *       *


EPIGRAMA DEL DESIERTO

La sed es la fuente
y el precio del llamado.
La sed es nuestro sitio en el agua.

(Para: Gonzalo Márquez Cristo)


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REVOLUCIÓN

Presagias la tormenta ventral.
Digieres la más antigua desesperación,
el padecimiento original,
las infrahumanas imágenes
que desde cualquier continente te rodean.
Comprendesal finel vaticinio de la peor realidad:
Para algo distinto te está convocando el hambre.



*       *       *



HÁBITAT

Me quedo en el poema.
Lo demás, lo que no ofrece dobleces
ni páginas de pavores, es lo que más me afecta.

Si perturba en otra esfera mi sollozo
y no brindo refugio,
es porque humanos derrumbes me danzan.

Que no falte en mi herida el mar.
Su enseñanza extendida y sus motivos de tumba
me asignaron su visión.

Costo tras costo el conflicto del tiempo.
Cada aspecto en los fulgores de la sombra
es mi diaria habitación.

En mi horizonte,
premura de tacto por un cuerpo que alumbre;
porque para aliviarme
el pan del desconcierto no ha sido suficiente.

No es apto el sueño cuando aflora el despertar.
Ninguna libertad sabe darme la mañana.
El precio de la noche es mi condena.



*       *       *

11/13/2015

Flores para un ocaso


A continuación, presento unas palabras que el filósofo, teólogo y antropólogo boliviano, Jorge Carlos Ruíz de la Quintana, escribió apropósito el libro de poemas Flores para un ocaso, editado por Liga Latinoamericana de Artistas. (Bogotá, 2013). Y, más abajo, un poema del mismo libro musicalizado por el cantautor y poeta colombiano, Leandro Sabogal, quien es integrante del dúo Dela Vitt.


Flores para un ocaso. Liga Latinoamericana
de Artistas. Bogotá, 2013.


Debajo de la tierra se guardan todas las cosas. Debajo de la luz duerme todo y todo respira, palpita y  con los ojos cerrados estruja el mundo. Así la tierra, redondeada en pequeños mundos, transita por una nada inmensa bordada de lucecitas. Lo que llamamos vida ocurre exactamente con la misma monotonía, a veces como una repentina explosión, otras como un parpadeo constante, la mayor parte del tiempo como vacío. Rocas nadando hacía una profundidad cada vez más oscura, por lo mismo más entrañable, siempre girando, mudas al rededor de alguna luz, con frío.

Estas “Flores para un ocaso” son la memoria del frío. Sensación, sentimiento y textura que discurre a través de hechos. Cosas cotidianas como la muerte, los silbidos del plomo, el perturbador crujimiento de las hojas bajo miles de pies que huyen, el golpe suave de los parpados que se cierran para siempre, la miseria de los imposibles, el silencio contuso de todo lo negado y lo que termina olvidado. Quien se ha entrenado, desde pequeño, en la humilde labor de visitar cementerios comprende lo que significa hablar con los muertos; pero sólo quien ha nacido en medio de la guerra es capaz de vivir al lado de los muertos. Todo el horizonte se pixela en un panteón gigante, detrás de cada silueta hay un alma que te saluda, casi reclamando un poco de la vida que no fue suya.

Estas “Flores” ejercitan el recuento de los ciclos. Saben que el color llega mediante el viaje del polen, conocen la rebeldía de cada uno de sus brotes y se han entrenado con cada año en la tarea de marchitar. Así como las flores, esta palabra también protesta contra el tiempo y señala con su marca el suelo. En nuestra diminuta historia la boca nos dio la posibilidad de nombrar un mundo y comunicarnos con él, aprendimos a escribir con el único propósito de hacer duraderos los recuerdos. El ejercicio de nuestras manos convirtiendo trazos en signos es la extensión de nuestra huella. Cicatriz que habla de cosas buenas y de tragedias, de héroes y monstruos, de dioses y demonios. El papel es ahora la textura de rocas viejas contando los hechos o sus mentiras. Sin duda estos versos apuestan por los hechos, en gesto solidario abrazan pueblos y personas aplastadas por la mentira.

Ahora bien, a lo largo del cuerpo de este apasionante encadenado poético, en sus episodios se nos pone delante del propio individuo explicándose a sí mismo en medio del camino. Aparece como un animal poderoso acurrucado detrás del un cristal. El testigo de sus temblores, el hambre y los tajos del frío es solamente la noche. Jaime Saenz se refería a este recinto así: “La noche, es una revelación no revelada. Acaso un muerto poderoso y tenaz, quizá un cuerpo perdido en la propia noche. En realidad, una hondura, un espacio inimaginable. Una entidad tenebrosa y sutil, tal vez parecida al cuerpo que te habita, y que sin duda oculta muchas claves de la noche.” El poeta de las “Flores para un ocaso” se recuesta exactamente en esa línea del horizonte donde los astros trasponen su hora.

El epílogo del lugar que nos convoca ahora, nos agasaja con versos respirados, una forma lírica parecida al palpitar, por eso cada poema quiere ser definitivo y terminal. En sintonía a su cuerpo los textos destellan esas extrañas luces que retumban en el vacío. Pequeña crónica de un momento capturado por una vida que aún tiene la suerte de mirar. Omar Garzón, es el dueño de esa vida, anfitrión silencioso pero tierno. En el trazo de sus manos se nos entrega a cada uno este ramo brotado de pétalos atardecidos. Todos los colores se trasfiguran con las ondas de la luz de una puesta de sol. El convite está hecho, la mesa está servida. Cuando termines “Encuentra una salida. Mira hacia otro lado, corre en otra dirección y no cierres las ventanas.


Jorge Carlos Ruiz De la Quintana


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Poema del libro Flores para un ocaso, musicalizado por Leandro Sabogal, de la agrupación musical Dela Vitt:



ESCRIBIR POEMAS que te salven de la muerte...
por Omar Garn

ESCRIBIR POEMAS que te salven de la muerte,
que te salven de los ecos del peñasco,
de los dedos afilados de los hombres,
del invierno que padecen los pulmones,
de la tierra cuando se hace sangre seca,
de la Luna cuando es más grande que la noche
y tienes tantas ganas de abrazarla;
Del deseo por la lluvia en plena primavera,
de la hambruna cuando es el pan diario de los niños;
En fin, poemas que te salven de la misma vida
cuando el cantor es el silencio,
cuando la arena ya no es huella,
cuando ya ni siquiera hay playa,
ni mar, ni gaviota, ni olas, ni nada
Escribir poemas que te salven de todo
Pero, ¿qué pasa cuando no encuentras un solo verso
que te redima de tu sombra y te salve de ti mismo?

11/03/2015

Fabián Paz (Cadavre Exquis)


FABIÁN PAZ Y EL PAÍS DEL NUNCA JAMÁS


"El artista debe estar siempre con 
aquelllos que padecen la historia,
no con los que la hacen."

Albert Camus


Fabián Paz, o Cadavre Exquis, nos propone una poesía que, sin pretender ser panfleto, sí nos habla del tema político y de la realidad de un país que a veces da la impresión de que se quiere negar a vivir en paz, asimilando la postura del perro que pasó toda su vida encadenado a un poste y que por fin es liberado. Sin embargo, el perro ahora sólo con la marca de la cadena en su cuello, se resiste a abandonar su lugar de "reclusión" a pesar de que está en toda la libertad de hacerlo sencillamente porque no conoce otra realidad. Esa es la visión de "patria" que nos propone este poeta en sus versos, aquella que ya ha quedado marcada como una de las miles de cicatrices que tiene esta sociedad colombiana que ya no se podrán borrar a sí se firme el tan mentado acuerdo de La Habana.

Estos renglones que tenemos la oportunidad de leer a continuación denotan la visión de los hombres que caen bajo la mano armada de grupos en conflicto y que son botados a los ríos para emprender un largo viaje al olvido, como bien lo retrata el vate en sus versos: "Viajero del río pero no muerto /he aquí la muerte en abandono, /una bala incrustada en la memoria, /las tijeras para cortar las palabras, /carne de cementerio entre mis versos,". Renglones que también nos retratan de manera satírica pero certera la farsa de un país que se ufana de tener "la democracia más antigua de Latinoamérica" cuando dice "La gran tele-realidad se acerca, /a votar por el más nombrado y el más honorable /malparido". Al mismo tiempo estos poemas nos presentan a un artista sincero que nos habla al oído a gritos y apunta de reclamos sobre una realidad lejana, muy lejana, que nos rodea y de la que hacemos parte pero que nos ha sido negada sin darnos cuanta, o notándolo pero haciéndonos sordos y ciegos anta un país que no cabe en nuestro marco televisivo de 21 pulgadas o en nuestra frontera citadina a 2.600 metros sobre el nivel del mar: "Bendices la Coca cola y no me gusta, /has repartido el paisaje a multinacionales, /has vendido las almas a la bolsa negra en wall Street /y no hablas Yotoco ni Wayúu".

Colombia es un país que tradicionalmente  siempre se ha negado a reconocerse en un escenario distinto al que nos vende, o más bien nos impone, la televisión que, con su pornomiseria y pauperización de la cultura y de las tradiciones ancestrales, ocupa una franja importante en el diario vivir de todas las personas. Por lo menos eso sucede con la gran mayoría de sus hijos del trópico. Es por esto que difícilmente otras expresiones del arte y la cultura, llámense poema, pintura, música, cuento, novela, obra de teatro, etc. pueden calar profundo en el imaginario de los pobladores de esta tierra del olvido. Y es ahí donde quiero enmarcar a Fabián Paz, entre esos valientes que aún se atreven a armarse de poemas y pinceles para hacerle frente a esta realidad sin importar que al final sepamos que vamos a caer derrotados, como diría Bolaño.


Fabián Paz (Cadavre Exquis) en
Villa de Leyva.

Fabián Paz Artista de la ciudad de Cali (Colombia), nacido el 7 de enero de 1987.
Estudiante del Instituto Popular de Cultura de Cali y de la Academia de Artes Fábula de Bogotá. Desde siempre su vida ha estado influenciada por la rebelión del arte. Sus obras han sido expuestas en la Galería Fábula. Como artista ha incurrido en el arte mural y en la poesía

En una ciudad, el Rock and Roll, unos cuantos poetas feroces, la bohemia y la cerveza encontró la poesía. Cofundador del colectivo literario La sociedad perdida; integrante de los Inadaptados donde ha publicado, ha recitado en eventos y espacios no convencionales dentro y fuera del país.

Introducción

La poesía, mi primer alejamiento de la civilización;
quédense con su religión tecnológica y sus bombas atómicas
y su alimento transgénico y sus miedos y sus silencios y sus /conformismos
y sus trabajos benditos y su educación de martillo y su moral /mojigata
y sus trajes de moda y con su dinero santo, quédense con todo y /con nada!


Campañas mañas

Se mueven los carteles, los panfletos y las muecas,
el hampa está en campaña,
los medios imparten su opinión,
la rutina y la ignorancia alcanzan su máximo rating.

Preparémonos para el carnaval
ahora que se envileció la promesa,
la ley a toda marcha protege el discurso y la ruina,
el escuadrón acoraza las que no son-risas
y los rostros maquillados en policromía,
la densa masa y criminal calla, opina.

La gran tele-realidad se acerca,
a votar por el más nombrado y el más honorable
malparido.



Cadáver Exquisito I

Viajero del río pero no muerto,
he aquí la muerte en abandono,
una bala incrustada en la memoria,
las tijeras para cortar las palabras,
carne de cementerio entre mis versos,
rostros domesticados por el hambre del alma
mendigando a cualquiera el universo o una moneda,
metafísica en las agujas del reloj;
¿a qué hora reirán los payasos?
la ciudad ya no se espanta con la mentira.

Mastícame con la malacara de la marihuana
y ten piedad de ti por no parir tus dioses por mi boca,
las dos de la madrugada;
la trampa sin ratas,
los pies para ir a los bares,
el filo de una navaja sedienta de drogas,
las putas ofreciendo su falda
a quien siempre llega tarde,
Charly García y una cerveza sedienta,
las manos para la alquimia y el óleo,
Calicalabozo entre mis sienes.

las siete de la mañana;
afuera los mangos ruedan con su herida al sol,
a veces me distraigo no sé cuando
y viajo sin regreso,
me alimento a las tres de la mañana pero no me despierto,
el romanticismo para la academia,
para Colombia Nepal y Marquetalia,
para mi garganta vino y silencio
mensajero de la sombra.



Como escribir un poema de la nada

Mastique la memoria del tiempo
con los dientes de leche,
destierre con los ojos
el deseo polarizado de los peces,
rasguñe el espíritu con las uñas
del pecado y su desgracia,
nada en el beso contemporáneo
de la lujuria,
suicídate las ropas,
desnúdate al infierno de la piel
y sus testigos,
camina ebrio por las calle sin retorno
y cuando te pierdas en la nada no olvides el poema...



Urbana Cosmovisión/Oración

Señor, tu que estas donde yo no creo
¿por qué no vienes donde no me tienes?
Bendices la Coca cola y no me gusta,
has repartido el paisaje a multinacionales,
has vendido las almas a la bolsa negra en wall Street
y no hablas Yotoco ni Wayúu

Señor, yo que te nombro en estos versos
para refugiarte de los ateos, quédate aquí,
yo me iré a renacer en las aguas del Amazonas,
me iré en el bus incendiado de la tarde.

Señor, tu amor es transgénico
y no me sirve de semilla,
tampoco bailas Rock and Roll,
ni bebes cerveza,
ni juegas billar pool,
ni hula hula.

Déjame en esta nada absoluta en que me dejas
en las aceras de esta ciudad soleada,
la naturaleza será mi destino,

la palabra antigua de los ancestros será mi oración.