El fin de este blog es promover, promocionar, difundir, compartir y exponer las diversas formas del arte, principalmente la literatura en español de autores clásicos y contemporáneos, los conocidos y los menos mediáticos, incluso los inéditos, tratando con esto de llegar a un diálogo entre escritores y lectores que ponga una piedra en el complejo proceso de transformación socio-cultural que necesita nuestra población latinoamericana para lograr un mejor vivir.
Amigos, la Corporación Entidad Social de Humanidades, Arte y Cultura - ESHAC nos ha abierto las puertas para presentar en sus instalaciones la más reciente edición del libro Flores para un ocaso (editorial Piedra de Toque, 2016). En esta oportunidad proyectaremos un Recital a 16 voces del último capítulo del libro donde participan amigos de varios países, además de poemas musicalizados y una lectura bilingüe (italiano-español) del mismo.
La cita es el martes 2 de agosto a las seis y cuarenta de la tardeen la Calle 139 No.128A - 29, Suba, Bogotá, Colombia, en las instalaciones de la Corporación ESHAC (frente a la Institución Educativa Distrital Tibabuyes Universal). Los amigos que asistan deben dar un pequeño aporte de $15.000 los cuales serán destinados a apoyar las acciones sociales, culturales y artísticas de esta naciente Corporación, la cual trabaja en zonas de riesgo y con población vulnerable.
Los amigos que muy amablemente nos acompañen y que aporten los $15.000 recibirán un ejemplar de Flores para un ocaso, un pasa-bocas y una copa de vino. Si asisten dos personas, esas dos personas solo pagan $25.000 por ambos y reciben los mismo beneficios. Si van tres o más personas, el aporte de cada uno de ellos será de $11.000 y recibirán, también, los mismos beneficios. Mejor dicho: música, poesía, vino, vídeo-recital, amigos... todo en un mismo lugar. Qué mejor plan para esa noche.
A los compañeros que vivan en Bogotá o que estén en la ciudad ese día, nos vemos allá a las seis y media de la tarde. ¡No se lo pierdan!
Al final de esta misiva, adjunto la invitación formal.
Reseña escrita por Michael Benitez Ortiz el 27 abril, 2016
En un principio lo que llama la atención es la portada: un Cristo bogotano, con una aureola de humo que surge de un Mustang azul en su mano derecha, y con una botellita de Old John comprada en Las Nieves en la izquierda. Ustedes se preguntarán que por qué sé qué marca de cigarrillo fuma Cristo y dónde compró el trago, pues muy sencillo: yo lo acompañé.
Hay que decir que Jonatan es mi amigo, así que no esperen neutralidad en este texto. Aunque, en términos estrictos, el que espere neutralidad en una reseña literaria hecha en Colombia es muy ingenuo: todas están compradas por las editoriales para que libros malos se vendan, o los mismos autores las cambian por invitaciones a festivales, premios literarios, o el prólogo para el último libro de poemas. Los escritores mediocres se alagan entre ellos.
La poesía, en los escritos de Jonatan, está en la espontaneidad con que se expresa, donde importan poco los tecnicismos del lenguaje, porque lo importante es ser fiel a la vivencia, a la vida, que es donde rockanrolea el poema. Muchos escritorzuelos, sobre todo esos que no han tenido el gusto de comerse un roscón con Colombiana en cualquier panadería de la ciudad, pretenden invalidar esta poesía tildándola de vulgar y simplista, de ser un siamés con dos rostros de Bukowski; a los que el autor responde sin titubear: ¡muéranse de envidia parranda de hijueputas!
Versí-culo primero, me consta, fue escrito como un rapidín: 15 días antes de ser publicado, por eso es un libro lleno de pequeños momentos; esto no lo hace ser, como pensará el lector más despistado y solapado, efímero o desechable, sino que expresa un vivo ejemplo (este libro está tan vivo que si se descuida lo atraca) de lo que es la poesía colombiana contemporánea: donde lo esencial no se encuentra ya en las grandes reflexiones como el amor y la muerte, sino que se halla en la complicidad de un perro o un cigarrillo. Ustedes dirán que de eso ya se ha escrito mucho hace tiempo, pero así como nadie se baña dos veces en el mismo río (menos en Bogotá, qué peligro), nadie se fuma dos veces el mismo cigarrillo, que, por cierto, como señala el autor, es más importante que los condones y, según algunas cajetillas, también sirve para planificar.
En Versí-culo primero existe un rechazo implícito a esa poesía chimba que nos tratan de meter todos los días, y que no falta el bobo que se deja, porque lo único que le importa es que no le metan falso el billetico de $100.000. Versí-culo primero no es un libro de caras lindas y frases obvias. A Jonatan lo pueden confundir con una vieja, si quieren, pero con una vieja fea.
Reseña escrita por Michael Benitez Ortiz el 24 enero, 2016
Uno coge la novelita de Diego y lo primero que siente es ansiedad, esa ansiedad que se produce cuando uno va a destapar una botella de aguardiente un lunes o un martes porque es como si estuviera haciendo algo mal. Hay riesgo. Sin riesgo no hay libertad. Se comienza a leer y comienza la borrachera. Y se da uno cuenta que la novela no es novela, pero tampoco es que no lo sea, sino que es más poesía que novela: que es más vida que papel.
Entonces uno se sumerge y siente ganas de aspirarse todo el color blanco del mundo. De dejar el mundo sin nubes ni palomas jugando en esas nubes. Se aprende que el amor es la única forma de mamarle gallo a la muerte, que los sueños son la realidad, porque la “realidad” es una pesadilla impuesta; que en la poesía está la forma de trascender lo cotidiano, que el asesino es un pequeño poeta que se equivocó de víctima, que difícilmente se puede estar pleno y sobrio al mismo tiempo.
Cielo para pájaros en llamas, es un libro sencillo, que apuñala el narcisismo, un libro que escribió alguien con el que usted se puede sentar a tomar vino un lunes o un viernes. Al que usted le puede decir su novela es una mierda y no se va a ofender. Sino que enterrará esas palabras bajo un árbol para que crezca más. Este libro es una semilla donde surge dinamita. Un pedito en la cara de la sorda literatura colombiana de hoy.
El próximo jueves 21 de julio en Librería Trilce de Bogotá será la presentación de los escritores Sonia Ramón y Sergio Gama. Aquí sus perfiles y una muestra de su trabajo.
El evento será conducido, como ya es costumbre, por el escritor Alejandro Cortés González.
SONIA RAMÓN
Nació en Bogotá. Especialista en Creación Narrativa de la Universidad Central. Algunos de sus cuentos han sido publicados en antologías nacionales y han recibido menciones de honor. En 2009 fue la ganadora del concurso de micro cuento del Boletín Cultural Libros y Letras. En 2012 ganó el Concurso Nacional Metropolitano de Cuento con La lengua castiga, publicado también en la revista Hojas Universitarias en 2014. Su novela Interludio rojo, resultó preseleccionada en 2015 en el Premio Nacional de Novela Nuevas Voces Emecé- Idartes y continúa inédita. Lleva siete años desempeñándose como escritora fantasma. Pertenece al Colectivo Literario La Lupita y actualmente trabaja en su segunda novela.
Una temporada en La noche estrellada
Por recomendación médica he venido a pasar una temporada en La noche estrellada de Van Gogh, todo gracias a que padezco de una espantosa fobia a la luz del día. Al llegar al pueblito desierto, pleno de farolas encendidas, me acomodo bajo un árbol para admirar mejor las nubes giratorias, las colinas azules onduladas, todas estas estrellas amarillas. Desde aquí, le escribo una breve carta al médico, contándole mi decisión de no volver nunca a casa, al mundo real; le pido que me envíen el resto de las cosas. Alego que lo mío es incurable.
***
SERGIO GAMA
Filósofo de la Universidad de Los Andes, cursó la Maestría en Literatura de la Universidad de Los Andes y la Especialización en Escritura Narrativa de la Universidad Central. Docente en la Universidad de los Andes (Facultad de Artes y Humanidades) y en la Universidad Minuto de Dios (Facultad de Ciencias de la Comunicación). Lleva 9 años desempeñándose como editor y Subdirector de la Fundación Fahrenheit 451, en la cual ha coordinado y gestado proyectos con comunidades vulnerables, sobre todo en el sector literario, periodístico y pedagógico.
1er Premio en el Concurso Mundial de Cuento y Poesía Pacifista 2009, finalista del Concurso Internacional de Microtextos "Garzón Céspedes" (2008) y Mención de Honor del Concurso de Microrrelato Esperando a Godot (2008).
En 2013 publicó su primer libro de cuentos Enciclopedia no ilustrada de viajes y viajeros.
¿Cómo dijo que se llamaba? *
Sí me acuerdo del tipo, llegó con unos 12 más, dizque sus discípulos, y otro montón que armó unas carpas en el patio y en el jardín. Los 13 se quedaron en un cuarto que era para 16, y me pidieron que no fuera a dar ninguna de las otras tres camas a nadie. El tipo que ustedes buscan, el jefe, me cayó bien, así que les hice el favor. Además, era temporada baja y no iba a llegar nadie. Sí, claro; era como yo de alto, de pelo largo, barba y andaba en unas sandalias muy bonitas. No es por ser racista ni nada, usted sabe que a veces la gente lo malinterpreta a uno, pero no quiero decir nada malo… ¿bien? Listo, yo creo que era judío. Sí, recuerdo lo que hicieron. Se quedaron tres días, pero no consumieron casi nada y eso que todo se lo dejaba a mitad de precio; mientras estuvieron acá sólo compraron tres o cuatro pescados y cinco o seis panes y con eso comieron todos, además me pidieron regaladas dos tinajas de agua, con las que se emborracharon luego, sin darme nada a cambio. Y ni siquiera armaron una buena fiesta. Cuando estaban borrachos, el tipo que buscan se puso a contarles unas historias raras, como fábulas que no iban a ningún lado, y les hablaba del papá que es rey o va a ser rey y va a tener un reino raro. Sí, se fue por allá. De todas formas, si ustedes lo están buscando por eso, yo no le pararía muchas bolas, la verdad me parece que el tipo se tostó, tiene corrida la teja o se quedó en un viaje de hongos y sólo habla de amor. Ese es el problema de viajar mucho y meter porquerías, tengo un primo que se puso en esas y de tanto andar por ahí empezó a decir las mismas pendejadas. Dele unas semanas y la gente se va a cansar de andar detrás de él. Ah, bueno, eso sí, el tipo sabe de carpintería, esa silla, en que está sentado, se tambaleaba horrible, y ahora está perfectica. El tipo es un dios cuando tiene madera y unas puntillas.
*Publicado en Enciclopedia no ilustrada de viajes y viajeros (2013)
El senador Antonio Navarro Wolff nació en la ciudad de Pasto en 1948. Ingeniero, ex-militante del grupo guerrillero M-19, Ministro de Salud, candidato
presidencial, alcalde de su ciudad natal, gobernador del departamento de Nariño, Secretario de Gobierno de la alcaldía
de Bogotá, parlamentario. Sobrevivió a un atentado en su contra en 1985.
Navarro Wolff es una persona con toda la autoridad para hablar del proceso de
paz que adelanta el gobierno de Juan Manuel Santos con las FARC-EP y para hacer
un diagnóstico del estado de la actual Carta Política que rige el país desde
1991. Por Omar Garzón.
Omar Garzón:Senador, el 4
de julio de 1991 se promulgó la Constitución que rige actualmente en Colombia.
Usted fue, junto con Horacio Serpa y Álvaro Gómez Hurtado, uno de los tres presidentes de la Asamblea
Nacional Constituyente que redactó esa Carta Política. Han pasado 25
años desde entonces. Sin embargo, usted sostiene que aún no es tiempo de
cambiarla. ¿Por qué?
Antonio Navarro:No, no es
tiempo de cambiarla. No es tiempo de hacer una nueva. Cambiarla sí. Se le han
hecho muchos cambios, algunos buenos, otros regulares, otros malos, otros
innecesarios. 41 reformas constitucionales. Pero nosotros no necesitamos una
constitución nueva porque hay muchas partes de la Constitución que están perfectamente
vigentes: La Carta de Derechos, los mecanismos como la tutela para la
preservación de los derechos, la Corte Constitucional, la Fiscalía General de
la Nación, la independencia del Banco de la República, los derechos, facultades
y tratamiento especial para los indígenas y afrocolombianos, los mecanismos de
participación ahí están, lo que pasa es que no se han usado. Yo diría que el
espíritu esencial de la Constitución sigue vigente. Lo que ha pasado es que se
ha blindado muy poco o no se ha blindado lo suficiente. Sí se necesitan
reformas a la Constitución, claro, y aún por la vía de una asamblea
constituyente, pero no se necesita una constitución nueva.
OG:¿Cuál de esas más de
cuarenta reformas ha sido la más lesiva para la Constitución?
AN:Bueno, varias.
Primero, la que permitió la reelección
presidencial inmediata que después se corrigió con la prohibición de la
reelección presidencial que empieza a regir ahora. Otra que ha sido una reforma
con la que no estoy a favor son las que se hicieron disminuyendo los recursos a
las regiones. Las transferencias a las regiones que estaban en el texto
original de la Constitución eran más generosas que las que se han ido
conformando en el Sistema General de Participaciones. La idea era que hubiera
más dinero transferido a las entidades territoriales regionales que lo que
fuera la inversión del presupuesto nacional. Pero en el 2016 había 48 billones para
inversión del presupuesto nacional desde la nación y 30 billones en
transferencias. Es evidente que no es una mayoría lo que estaba destinado para
inversión a nivel descentralizado. Esa es otra de las reformas que yo creo que
no ha sido conveniente. A parte de la reforma política que se hizo recientemente
que tampoco es buena, hay una serie de reformas inconvenientes, pero las dos
más inconvenientes más importantes, en mi opinión, son la que permitió la
reelección, que ya se corrigió, y la que disminuye las transferencias y
debilita la descentralización.
OG:Senador, a veces
pareciera que la autonomía regional está cada vez más cerca. Está, por ejemplo, la unión departamental cada vez más fuerte en el Caribe
colombiano. ¿Está cerca la autonomía de las regiones?, ¿esa es una reforma
apremiante en este momento?
AN:No. Hay que volver al
espíritu de la Constitución del 91 en ese terreno. Darle funciones a las
regiones sin darles recursos, eso simplemente es meterles cuentos. Lo que hay
es un caso de recentralización. Cada vez más las decisiones y los recursos
están a nivel central. Yo creo que todos hablan de un tipo de reformas que
resultaron ser bien pensadas, es la cooperación entre nación, departamento y
municipio. El primero que estableció eso fue el Plan Departamental de Aguas que
en general funcionó relativamente bien hasta que dejó de poder usar recursos de
vigencias futuras. Hay una discusión sobre regalías que se han centralizado mucho.
Pero a mí me parece que en cuanto a las regalías lo que pasó fue que se le dio
a la nación participación decisoria sobre un recurso que es descentralizado
totalmente y que constitucionalmente es de las entidades territoriales.
Entonces, en ese mismo criterio, debería dársele a las entidades territoriales
participación en decisiones de recursos nacionales en esa operación
nación-departamento-municipio. Ahora, hay cosas que están sin hacer que no se
hicieron en el 91 tampoco: el mejoramiento de la política en la limitación o
desaparición del clientelismo. El clientelismo sigue vivito y coleando y en
gran medida es porque permitimos en aquella época las múltiples listas por
partido que después se convirtieron en voto preferente y el voto preferente tiene
como consecuencia la mermelada. Es una relación individual entre elegido y
elector donde el elegido compra al elector y, una vez elegido, se vende al
gobierno. Y ahí es donde está el problema más grave por resolver en la vida
pública colombiana.
OG:Senador Navarro,
¿estamos preparados para una asamblea constituyente?
AN:Para una asamblea
constituyente de temario limitado como los que estamos hablando de la
Constitución, sí. Para una asamblea constituyente que quiera hacer una nueva
constitución, creo que es un riesgo que no deberíamos correr, porque es mucho
el poder de una asamblea constituyente para hacer una constitución nueva que ni
se necesita y en cambio sí puede conducir a que retrocedamos en vez de avanzar.
OG:Ni en cinco años como dice Serpa…
AN:Mejor dicho, si hay una
elección de asamblea constituyente en el próximo semestre quién cree que
ganará, ¡la mermelada! Entonces, entregar al clientelismo el poder
constituyente, en mi opinión, es, digamos, ponerle reversa a los avances de
estos 25 años.
OG:Hace unos días leía
algo que usted decía: “de día congresistas y de noche recluidos”…
AN:Ah, no. Esa no era mi
propuesta si no de un exfiscal de la Corte Penal Internacional que dijo,
hombre: la Corte Penal Internacional tiene que ver con que los miembros de las
FARC que cometieron delitos graves tengan algún tipo de situación de
restricción de la libertad, pero, nosotros no nos metemos en la participación
en política. Por lo tanto, si el señor participa en política y lo eligen
congresista o es congresista, pues vaya de día al congreso y de noche al sitio
de reclusión. Eso lo dijo Luis Moreno Ocampo exfiscal de la Corte Penal
Internacional. Yo lo que hice fue recordar esa propuesta que el señor había
hecho hace como año y medio o dos años.
OG:Siguiendo por
esta misma línea, ha generado dudas, y hasta controversia, la diferencia que
pueda haber entre las FARC-EP y alias “Popeye”.
AN:Eso viene desde el
siglo XIX. Eso se llama diferencia entre delito político y delito común. Viene
del siglo XIX. Eso es más viejo que… no sé cómo será la cosa. Más viejo que un
solar en Cartago, dicen por ahí. Sí, esa es una diferencia muy antigua con el
delito político que tiene que ver con la motivación del delincuente, de manera
que eso no es un invento de ahora. Creo que intentar de no darle diferencia al
delito político y al delito común es intentar ponerle una traba a la
negociación de paz, porque para los guerrilleros comunes y corrientes lo que va
a haber es un indulto que solamente es posible si hay una diferencia entre
delito político y delito común.
OG:Ya para finalizar,
senador, muchos aún no entienden o no entendemos que haya una fuerte oposición
al proceso de paz. ¿Hay un mensaje de su parte para esa otra fracción de
Colombia que no apoya el proceso de paz?
AN:Que se desarmen siete,
ocho o nueve mil guerrilleros no puede ser más bueno. Si la manera para que se
desarmen es por medio de esta negociación, pues, hay que apoyarla. Para no
apoyar la negociación tendrían que no desarmarse los ocho mil guerrilleros. Así
que por eso yo llamo a que, más allá de la letra menuda, vamos al fondo. Cómo
no va a ser bueno desarmar ocho mil guerrilleros. Cómo no va a ser bueno dejar
de tener tantas víctimas como las que el conflicto ha producido cada año
haciendo que Colombia tenga siete millones de víctimas y que desde el 2012, por
ejemplo, se vengan produciendo 300.000 víctimas cada año. Por Dios. Si eso es
malo, pues, entonces qué es bueno en la vida. De manera que yo, a los que no
están apoyando el proceso de paz, les pido que piensen con el corazón si no va
a ser muy bueno para Colombia que desarmemos siete u ocho mil guerrilleros en
los próximos meses.
No tuve la oportunidad de compartir mucho tiempo con Gonzalo Márquez Cristo. Nos presentaron hace como cinco o seis años en el marco de un evento del Festival de Literatura de Bogotá, que en ese entonces también se llamaba Letras Capitales. Desde entonces nos vimos varias veces en eventos en los que coincidíamos: Saludo por aquí, saludo por allá, un cómo están las cosas, cómo van los
G. M. C. por Carmelo Sobrino.
libros, mira que tal pintor algo, mira que tal escritor hace... Y así transcurrían los valiosos encuentros que tuve con el poeta. Uno de los más significativos fue el que se dio en el marco de un homenaje que se le hizo como parte de la programación del mismo festival organizado por los amigos de la Fundación Fahrenheit 451. Pero de ese encuentro hablaré en otra oportunidad.
Digo que nos presentaron hace como cinco o seis años, pero yo conocía a Gonzalo desde años atrás cuando uno de sus versos me rescato de la incertidumbre de mis días de ese entonces: "La noche es mi regreso. Transito el museo de la ausencia..." Así, justo así me sentía en ese momento. Sin embargo, yo no podía decirlo, se me hacía imposible nombrarlo. Pero llegó Gonzalo para gritárselo a la noche, para reivindicarme con los días. Y es esa, justo esa la característica de los buenos poetas. Por eso sé que Márquez Cristo es uno de los mejores que jamás he tenido la oportunidad de conocer.
GÉNESIS
Para sobrevivir nos arriesgamos a la memoria, nos entregamos al vacío.
Ya conocimos el ave de rapiña del viento y la serpiente del agua. El silencio jamás volverá a separarnos.
Regresamos al sílex, escuchamos la oración del fuego.
Emprendemos el numinoso sobresalto. Vivimos la voracidad de los hallazgos y el juego espectral del deseo.
El único fruto del árbol al que no podemos renunciar es a su sombra. Sufrimos la persecución de la primavera –y fue allí donde la palabra se hizo verde.
Lo que más dura es el instante, lo que más oculta es la luz.
Cuando se interrumpe el tiempo alguien decide nacer.
G. M. C. por Armando Villegas.
Hoy,él ya no está, pero le sobreviven y le inmortalizan sus textos, sus líneas, sus anécdotas y su Revista Común Presencia y de la Colección Los Conjurados. Y por eso, a los incontables homenajes que de ahora en adelante se le rendirán en varias ciudades, se le une hoy uno que tendrá lugar en la Librería Luvina de Bogotá, en el cual participarán Fabio Jurado, Carlos Fajardo Fajardo y Amparo Osorio.
Allá estaremos, estimado poeta Gonzalo, para decir: "¡Que el grito siempre pueda detener la herida..! /
En el año 2015, unos estudiantes de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, Bogotá, encabezados por la Comunicadora Social y Periodista en formación Alexandra Ruiz decidieron hacer un sencillo trabajo documental sobre el libro Flores para un ocaso. El trabajo salió y fue presentado por ellos en su universidad. La parte final de ese trabajo comprendía un recital del último capítulo del libro leído a varias voces en varias partes de América. El resultado de ese Recital a 16 voces fue proyectado en La Galería 419, en el marco de la presentación de la segunda edición del libro (Piedra de Toque, 2016).
Agradezco a Alexandra Ruiz y sus amigos por considerar este trabajo como digno de ser proyectado en la pantalla, a la editora y gestora cultural Diana Carolina Daza Astudillo por la edición del libro, a Javier Muñoz Salas, autor del libro El camino de la unidad, por realizar la imagen que promociona el Recital a 16 voces y gracias a los amigos que esa noche nos acompañaron en La Galería 419.
Por otro lado, los poetas Juan Pablo Roa, bogotano residente en Barcelona, España, y Jorge Carlos Ruiz de la Quintana, residente en Bolivia, se unieron a la presentación de Flores para un ocaso con un video que cada uno tuvo la amabilidad de grabar. ¡Gracias a ustedes también, amigos!
Juan Pablo Roa:
Jorge Carlos Ruiz de la Quintana:
Finalmente, el cantautor y poeta, Leandro Sabogal, del dúo Dela Vitt, deleitó a los asistentes con un concierto magnífico donde interpretó poemas musicalizados de Raúl Gómez Jattin, Julio Daniel Chaparro, Caupolicán Peña, Dufay Bustamante y de quien escribe. además de canciones propias de Leandro y covers.
Muchas gracias a los amigos que nos acompañaron esa noche y a los que estuvieron pendientes del asunto.
Solo me resta decir que a nuestra condición de humanos le sobreviva la poesía. Que a nuestra frágil condición de seres efímeros le rescate un poema. Que las palabras nos ayuden a superar nuestros temores y a ver más allá de la bruma de los días actuales y de la coyuntura oscura.
Afortunadamente la palabra versificada nos une, nos pregunta, no reta, a vece nos siembre dudas y temores, pero no nos mata.
“No hay tiempo para llorar en el
campo cuando la única arma es el arado”
Con este verso del poema en prosa Vengo del silencio, de la primera sección Poemas del camino en una noche larga, que abre las Flores para un ocaso, arranca la poesía de Omar Garzón Pinto, en este su segundo poemario, en la segunda edición. Y podría decirse, así mismo, que se cierra el estudio de un oscuro episodio de la poesía colombiana enmarcada en la cruenta realidad de una guerra fratricida, desde que en 1948, fuerzas oscuras cometieran magnicidio en la humanidad de Jorge Eliécer Gaitán, el caudillo liberal, esperanza de una nación despedazada. Y esto lo presumo, no porque considere que la guerra deje de ser con un poema, o con un libro de poemas, al contrario, la guerra quiso y quiere y querrá, a toda costa, acabar con la poesía. Es más, la guerra puede terminar en Colombia, pero el establecimiento, la sociedad, el sistema seguirán haciéndole la guerra a la poesía, ignorándola, reprimiéndola, incluso usan para ello a los mismos poetas. Mas, para fortuna de los adictos a la alta palabra, es precisamente la voz de autores como Omar Garzón, la que vindica este hacer, este decir, y lo sostiene. La poesía colombiana, la verdadera poesía, permanece viva en Colombia merced a versos como el señalado, a poemas como Vengo del silencio, a libros como Flores para un ocaso; voces auténticas como la de Garzón Pinto nacen, respiran copulan y escriben a partir de 1948, en el medio de una de las violencias más terribles de la tierra. Es un grupo de autores, unos sincuenta, con S, que transitan la geografía nacional por todos los puntos cardinales,
“...Sus primeras publicaciones aparecen a finales de los setenta, y no obstante el sombrío panorama de la guerra y sus consecuencias de todo tiempo y orden, son portadores de una obra limpia, decantada, hecha de trozos de sueño ganados a una realidad que asoma cada día su rostro cruento en el espejo, pero alejada de la palabra altanera y contestataria. En su lugar, encontramos en los autores reseñados un alto valor estético, una palabra que si bien se aparta de la épica belicista, comporta en cambio un tono de angustia metafísica, de remembranza existencial, de nostalgia por la tierra. Acaso el sueño perdido en la parcela de la infancia. “(HGT, Poetas de la luz entre la sombra.)
Este poema Vengo del silencio, bastaría por si sólo para presentar la poesía de Omar. Está colmado de destellos de sombra. De imágenes oscuras que encienden el milagro. Que enseñan a los que se perdieron en la arenga, en el panfleto, en la mera denuncia, o en el artificio vano, los malabares, la maniobra. Por esta extraña virtud de la precocidad poética que sólo se da en los elegidos y, la verdad en Colombia son muy pocos, es que el poeta Omar y su obra cierra ese grupo que empieza con Horacio Benavides quien nació en 1949, empezó a publicar a finales de 1979, y reúne conspiradores de la alta palabra por un poco más de cincuenta años, los mismos de la barbarie, de la horrible noche que aún no cesa.
"Que venga la muerte
y toque la puerta
Que venga en la tarde
en la noche en el día
no importa estaremos
bañando las flores
preparando café
durmiendo a los niños
Que venga y pregunte
el día de la siega
el nombre del pueblo
de los campesinos
y pase revista
en el parque central
Que venga y se burle
de éstos nuestros miedos
Que nos forme a todos
uno junto al otro
apuntando nuestras
frentes nuestro pecho
nuestro pie embarrado
Que venga y nos pegue
que todos pondremos
esta otra mejilla. (…)"
Y en camino para el olvido, con tono de Lorca, continúa la voz certera, lírica, musical de la alta palabra disparando versos desde la trinchera de la insumisa. Se hace a veces alharaca sobre la rebeldía de la poesía, pero sentimos que a Ella hay que ayudarle, depende del poeta el calibre del verso y su acierto en el “blanco de la sombra” de la conciencia social de un pueblo aletargado. Y esto lo sabe muy bien Omar Garzón. Él ha bebido de la fuente de Lorca, de Hernández, del mejor Neruda, de Vallejo, de Leonel Rugama, entre varios, muchos poetas.
El tema de Thanatos es consustancial a la poesía como el de Eros. Ambos hacen parte de la misma cuerda que llamamos vida. No son opuestos. Son sólo los dos extremos de la misma realidad. Esto pues, desde la mirada ontológica. Pero aquí la muerte toma otro sentido, ya no es filosófico ni metafísico ni mucho menos existencial. No, aquí la percepción es de sobrevivencia, de lucha, de coraje, de consciencia, de despertar, de alerta. Este es un poema irónico. Por la rudeza del contenido, a falta de imágenes el poeta acude al sarcasmo. Y lo hace de contenido y continente magistral: “Que venga la muerte
y toque la puerta (…) // (…)Que venga y nos pegue / que todos pondremos / esta otra mejilla."
No es resignación, no es entrega; no es religión, ¡es dignidad! Es el compromiso del pueblo, en la voz del poeta. El compromiso con la historia. Es poesía rebelada.
En Poemas con cartografía del país imaginario, la poesía toma rostros diferentes pero el fondo es el mismo, la herida sangra igual, la muerte alumbra desde los mismos ojos, asalta desde la misma sombra. La mirada del poeta, su percepción, no sólo es la del que observa la tragedia, sino de quien la vive. No hay impostura, hay realidad. El dolor se manifiesta y se soporta en la palabra. Es un testimonio desde el ser interior del poeta. Él está en la mente, en el cuerpo de los seres que habitan estos poemas salidos de la parca, del vacío, de la ausencia. Imágenes del horror común de la violencia en todas partes habitan esta palabra. En cualquier lugar y tiempo de la tierra en donde haya violencia, estos poemas hablarán igual y serán recibidos por el hombre que pervive con el mismo sentimiento de pérdida y de nostalgia emputecida. La única presencia aquí es la ausencia: Sus huellas y la mesa aún siguen allí, /y los vasos que se llenan con la ausencia del maestro, dice el poeta en el texto Día tras día. Y Neruda le responde preguntando: “Y dónde están las lilas?, / y la metafísica cubierta de amapolas? / y la lluvia que a menudo golpeaba las palabras / llenándolas de agujeros y de pájaros?"
En Poemas con naturaleza muerta Omar Garzón Pinto nos recuerda la universalidad de la lógica; la aldea global huele y respira la parca, es su esencia, su razón de ser, su debate cotidiano: el establecimiento. Y lo hace con una poesía decantada, breve, colmada de imágenes, de aciertos lingüísticos, esto es, con buen manejo del idioma que heredemos en suerte, veamos:
Estuvo con nosotros hasta que cayó el velo de la noche, hasta que sus pasos cesaron como lluvia inofensiva. (Una niña de ramalach)
2
"Las calles parecen un cementerio de luciérnagas./
Debajo de cada roca se esconde el llanto de algún niño." (Zaga)
"Lo único que a veces salva al hombre del olvido es el llanto que lo colma. Lo único que a veces nos salva a los habitantes de este espejismo del desierto es una bala que de nuevo se nos siembra entre los ojos." (Soliloquio en Palestina)
Y el poeta se pasea orondo por el verso libre, es decir el vertical, el de Juarroz, el que, como en los Upanishads, asciende hasta el sol y cuyo elemento es el fuego. Y por la prosa poética, con inusitado acierto. Y la ilógica de la poesía, la insumisa, la libertaria, siempre aquí presente.
Me disculparán por lo que voy a decir, pero basta este libro de Omar para que gane el reconocimiento de la posteridad. Podría huir de la poesía como Arthur Rimbaud, (Betrand, Isidore Lucien Ducasse, o entre nosotros el gran Aurelio Arturo. Y esto lo digo porque en el recorrido por Flores para un ocaso, las sorpresas, los destellos de sombra, los contenidos y continentes de luz, son cada vez más propicios. Y es que en Poemas con voces que trascienden en la noche, breves postales a lo Diana Carolina, poemas en prosa, la poética enciende la hoguera del sueño. Y sepan que conozco sobre poesía colombiana contemporánea:
"Aquí estoy de nuevo, aferrado a este árbol que nace entre raíces de cal; a este que detenta en cada hoja la pupila de mis ojos; a este que da nacimiento a mi canto entre vientos de la noche. Aquí estoy, con el rostro en las rodillas, pensando en otra ruta, buscando otra salida.
Aún deseo escribir: Observo la figura de los astros con un hilo de preguntas en cada pestaña; trato de esculpir la inmensidad del universo con algunas líneas; dibujo el mensaje de las nubes con unos pocos versos. A penas, si puedo, me pongo de pie y saludo desde este tronco a una migración de aves, pero no puedo mentirme, no puedo engañarme –me digo ahora que amanece–:
Alguien que da vida a un árbol, que acaricia cada uno de sus frutos y encuentra refugio al abrigo de su sombra, no puede colgarse de sus ramas."
En la sección Flores para un ocaso, Omar Garzón Pinto, se traslada al Haiku. Aquí uno se podría detener un buen rato. Pero baste decir que es un salto grande, pasar de la poesía que tradicionalmente se escribe en occidente a la que tradicionalmente se escribe en Oriente. Esto tiene, además de un fondo cultural, una connotación ontológica o axiológica, o ambas. La poesía es universal, claro. Es cósmica, si se prefiere. Es un don como una maldición. Muchos poetas se han condenado en la poesía. El malditismo poético es un ejemplo. Otros como Juan de la Cruz han encontrado en la poesía el medio para trascender La noche oscura del alma o al menos para entablar una cercanía con Dios. Otros como nuestro inmenso Carlos Obregón han luchado interiormente entre la luz en la sombra para al final caer en la tentación última. Como José Asunción Silva. Otro tanto le pasó a José Antonio Ramos Sucre. Y a César Dávila Andrade. Y a Ana Cristina César de Brasil, más recientemente, en 1983, para nombrar sólo algunos. En fin. Digo esto para significar que hay una gran diferencia entre el modo de abordar la poesía entre oriente y occidente. Al igual que sucede con la filosofía. La poética de oriente es más espiritual, más breve, más silenciosa. Si bien es cierto que el Haiku, la tanka y el dístico exigen cierto artificio por aquello de su estructura, también es cierto que el ejercicio es más de meditación que de malabar desde la lógica. Y su efecto es, por consiguiente, mucho más reparador que el soneto de occidente, por ejemplo.
La paz no es lógica, no tiene asidero en la razón, no es cómplice de Aristóteles. La poesía no es lógica, no tiene asidero en la razón, no es cómplice de Aristóteles. Y por pura lógica, es decir por la razón, el argumento, el debate sabemos que el enemigo común de la paz y de la poesía es el sistema, la sociedad, el establecimiento: ese mismo establecimiento que mato a Lorca, a Hernández y a Rugama. Al primero y al último los mato a bala. Al segundo a punta de sombra. Sólo nos resta decir tres cosas entonces: una por cada uno, en su homenaje: por Lorca diremos que aquí está Omar Garzón con su poesía colmada de luz; por Hernández, recordemos unas palabra que le dejó a Omar: “juventud que no se arriesga, sangre que no se derrama, ni es sangre, ni es juventud”. Y por Rugama, cada vez que el establecimiento, la sociedad, el sistema, la editorial, el librero, el carnicero nos digan que la poesía no sirve para nada: que “la poesía no se vende porque no se vende…”, ¡deja de perder el tiempo, ríndase!, le podemos responder con Leonel Rugama ¡¡Que se rinda tu madre!!
Franz Serrano Rodríguez es un declamador español de origen granadino. Estudió en la Universidad de Barcelona y su trabajo como voz de poemas, cuentos, discursos y novelas de varios escritores, vivos y muertos, le han hecho merecedor de un amplio reconocimiento a su importante trabajo.
A través de su canal en YouTube, Serrano publica con regularidad textos literarios que por sí solos ya son fuertes piezas dentro del canon de la literatura en español, pero que en la voz de Franz cobran otra vida, otro rumbo, otra dimensión. Desde Walt Whitman y John Steinbek, hasta Juan Rulfo y Julio Cortázar, pasando por Hernando Guerra Tovar, Sandra Uribe Pérez, Andrés Caiceo, Charles Bukowski, Leopoldo Lugones, Gil de Biedma, Mario Benedetti, Neruda, Luis Cernuda, Roque Dalton, Fray Luis de León, Delmira Agustini, Pizarnik, Baudelaire, Jaime Sabines, Dostoievski, Roberto Juarroz, Bioy Casares, Aleixandre, Rilke, Ralph Waldo Emerson, Paul Eluard, Huxley, Sartre, Jack London, Bertolt Brech, Verlaine, Mallarmé, Lovecraft, Hemingway, Shakespeare, Eduardo Chirinos, Emily Dickinson, Wilde, William Blake, Rubén Darío, Amado Nervo, Juan Gelman, Onetti, Holderlin, Camus, Rimbaud, Borges, Lizalde, Kafka, José Asunción Silva, Eduardo Galeano, Piedad Bonnett, De Nerval, Bécquer, Poe, Byron, Goethe, Paz, Asimov, Tawin, Narosky, Mutis, Altolaguirre, Pushkin, Bradbury, González Tuñon, Cavafis, Papini, Celan, Voltaire, Delibes, Pedro Arturo Estrada, Rojas Herazo, Tagore,Juan Ramón Jiménez, Julio Daniel Chaparro, Cote Lamus, José Martí, Nicanor Parra, Pedro Salinas, Juan de Castellanos, Holan, Dumas, García Márquez, Silvina Ocampo, Panero, Miguel de Unamuno, Olga Orozco, Storni , Saramago, Goytisolo, Girondo, Carpentier, Cioran, Constantini, Carver, Vilariño, Pessoa, Huidobro, Dylan Thomas, Gunter Grass, Porchia, Pelegrini, Pérez Galdós, Stevenson, Valle Inclán, Carlos Fuentes, Cervantes, Mistral, Faulkner, Sábato, Madariaga, Machado, Poniatowska, Agatha Christie, José Hierro, Lope de Vegay, Alberti, Hesse, Walsh, Francisdo de Quevedo, Verlaine, Nazim Hikmet, Artaud, Pacheco, Eliot, Guillén, Miller, Schiller, Ungaretti, Anne Sexton, César Vallejo, Gioconda Belli, Cabrera Infante, Expósito, Flaubert, de Moraes, Pilía, Espronceda, Mauppasant, Tennessee Williams, Woolf, Ortega y Gasset, Plath, Andrés Barbosa Vivas, Gómez Jattin, Ajmátova, León Felipe, Julio Florez, Barba Jacob, Fina García Marruz, Proust, Szymborsca, Teillier, Ibarbourou, María Mercedes Carranza, Gerardo Diego, Hoffmann, Dámaso Alonso, Joyce, Yourcenar, Gógol, Moravia, Dickens, Quiroga, Hugo Mojica, Fijman, Marechal, Derek Walcott, Murakami, Giordano Bruno, Reinaldo Arenas, Darío Jaramillo Agudelo, Marichal, Jorge Artel, Gonzálo Arango, Arlt, Pío Baroja, Chéjov, Ginsberg, Scott Fitzgerald, Bousoño, Cohen, Ferlinghetti, Lihn, Thoreau, Boccaccio, Asturias, Tzara, Bretón, Moliére, Safo, Milosz, Conrad, Gonzalo Rojas, Corbiere, Soyika, Federico Diaz-Granados, Ricardo Infante, Primo Levi, Roberto Bolaño, Rosalía de Castro, Catulo, Celaya, Mishima, Apollinaire, Calvino, Auden, D'annunzio, Emilio Prados, Pound, Cardenal, Melville, de Campoamor, Munro, Pasternak, Lezama Lima y, por supuesto, Miguel Hernández, García Lorca y Blas de Otero entre otros, muchos otros.
Este extenso listado de nombres y mundos que se retratan en la voz de Serrano demuestran el amplio bagaje cultural y literario que se contiene en el declamador, haciéndolo un importante referente y paradigma de la declamación a nivel internacional. Fe de ello pueden dar los casi diez mil seguidores que vez a vez reproducen los audios que Franz graba, edita y publica en la red.
Es por esto que tengo el gusto de compartir dos poemas de mi autoría declamados por nuestro invitado del día de hoy.
Comparto, pues, el primer poema titulado Un poeta es un satélite en constante caída, perteneciente al libro homónimo (Senderos Editores, 2015) y el segundo que no tiene nombre pero que el declamador intituló con la frase que abre el texto, VENGO DEL SILENCIO, perteneciente al libro Flores para un ocaso (Liga Latinoamericana de Artistas, Bogotá, 2013).
Al final comparto algunos poemas de escritores colombianos, también recitados por Franz Serrano.
Muchas gracias a Franz Serrano Rodríguez por esta importante labor cultural y de difusión que adelanta.
Un abrazo fraterno desde esta Bacatá gris y querida.