12/31/2014

Juan Carlos Carvajal




Juan Carlos Carvajal Sandoval nació el 3 de octubre de 1979 en Bogotá. Poeta y narrador.





Oda a la derrota

“Al desmoronarse el sistema medieval,
            se impusieron los dioses del Caos, 
la Demencia y el Mal gusto”.
John Kennedy Toole. La conjura de los necios.



¡Cuán bello es resbalar
dos veces con la misma  piedra!
Saberse silencioso,
                                   ausente,
habitando nubes que los abismos no engañan.

Cuán bello es creer en ángeles
que un día fueron piedra,
o demonios que escupían iglesias.

Tan dulce la derrota,
            el diálogo sin oyente,
                        el coito que se pierde entre las sábanas.

Estar perdido,
                        saber que no hay camino,
que se aproxima la noche
            y toda fiera necesita compañía.

Cuán bello es llegar de último,
            o ni siquiera haber llegado,
por soñar sonriente
que el conejo pierde de nuevo.

Cuán bello es resbalar
dos veces con la misma piedra,
y aplastar con ella las medallas.






Poema de los panes


Sombras indigestas de vacío,
Leónidas del fracaso,
desfilan al cadalso de los oficios.

Sus voces; sus alientos,
se empañan en el cristal de los buses
como moscas en las redes de la mañana.

Visten más overol que piel,
sus dedos son más tecla que hueso,
y cuentan sus pesares con monedas.

Mientras tanto, los poetas, en las bancas,
se atragantan del día,
con sus estómagos como piedras.






Arte Poética

Empuñar el verso,
hacer cortes en dirección contraria a la sangre,
verse en el espejo hasta que el dolor desaparezca.

Cerrar la boca con puntos
                                   y comas.

Dejar que se evapore la tinta
y llover después sobre el poema;
sólo en caso de tormenta
el suicidio no habrá sido en vano.








Resbala la lluvia
                        por el lienzo de la noche.
Desvanece
                        el eco de los hombres,
                        la huella de sus verbos,
                        el disfraz de sus dolores.
El amanecer
                        volverá a pintar el tedio,
                        ejército cotidiano,
                        espectros del día.
Por fortuna
            siempre habrá suficiente lluvia
            para deshacer la mala obra
            del pintor de las ciudades.






Máscaras


La paciencia se sienta
sobre espinas sagradas;
sombras en el espejo
destellando oscuridades.

Amanecer de noche fría,
bautizo de lenguas carnales
escupiendo luz.

Bajo lo absoluto
las máscaras se deshacen en el barro
y lo humano
            se hace más humano.







¿Qué barca me llevó al nacer?


Viajar sobre el asfalto
                        sin salir del vientre de la muerte.
Los óbolos son piezas
                        que pagan la partida,
y los ojos
                        siempre cerrados.

¿Quién fue el que echó la suerte?
Díganme quién,
    para también lanzar los dados en su nombre.

Tiempo atrás
            no creía en la belleza;
ahora viéndola perdida
        me conforma hacer mi rostro en la arena
        y creer que puedo aún darle vida a las olas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario