12/15/2014

Nilton Santiago





Nilton Santiago (Lima, Perú) es licenciado en Derecho y Ciencias Políticas y autor de El libro de los espejos (2do Premio Copé de Poesía 2003 en su XI Bienal) y de La oscuridad de los gatos era nuestra oscuridad (II Premio Internacional de la Fundación Centro de Poesía José Hierro). Recientemente ha publicado El equipaje del ángel (XXVII Premio TIFLOS de poesía, VISOR LIBROS, Madrid, 2014) y ha quedado finalista de la última edición del Premio ADONÁIS de Poesía 2014. En la actualidad reside en Barcelona.





LAS ABEJAS NO SABEN AÚN LAS BONDADES DE LAS REPÚBLICAS

Hace casi ya un siglo que te vi por última vez
y eso fue esta mañana,
desde luego, estabas irreconocible, habías borrado el rojo de tu sangre
y un poco de cielo de tus ojos, tenías otro nombre
y eras demasiado joven para usar tus pulmones para respirar,
aun así rompiste todos los protocolos del amor y de los ambulatorios
y me tocaste el corazón, dejándolo como una de esas manzanas
de caramelo que venden en los parques de atracciones. 
En ese entonces, para pasar el rato, pasaba horas mirando el cielo
hasta que te veía leyendo la suerte en las manos de Dios,
distraída como siempre
dejándote lamer el yeso del alma por familias enteras de camaleones 
/ex presidiarios.
Los comunistas sólo me hablaban para pedirme consejos de cómo 
/conocerte,
de cómo hacerte el amor con la herrumbre de sus huesos,
pero pasabas de ellos / todos tenemos suficientes fantasmas
como para volvernos parte de uno —decías—
mientras ponías a la hora todos los relojes de arena de la ciudad.

No puedo quitarme de la cabeza esas mañanas
en las que dejar de soñar era como descargar camiones llenos de 
/estrellas
y leer el diario —qué tontería— como si hiciésemos la autopsia de 
/nuestro tiempo
(es muy curioso, pero para los aymaras
los hablantes están de cara al pasado y de espaldas al futuro)
Ya sé que me repito como el ajo, pero no es ninguna broma que la 
/prensa libre
únicamente sirva para envolver pescado
o quizás para enterarte de cosas como que la mayoría de los peces de 
/colores
sólo tienen tres segundos de memoria
o que hay un senador estatal de Nebraska
que acaba de presentar una demanda contra Dios.
Tengo que confesar que el “Tea Party” me estriñe
y también algunos discursos de mis colegas, los progresistas,
esos que escapan de las ambulancias de la realidad con sus patas de 
/palo.
Caray, tampoco puedo quitarme de la cabeza
el que no hay nada de malo en desear la muerte de un dictador
o que en Latinoamérica ya no son necesarios los golpes militares,
(porque ya están todos en los gobiernos).

En estos casos, también la vida de un poema, como la de un telediario,
es el anticipo de la sonrisa de una libélula desahuciada de la luz.
Se me va la olla cuando escribo, lo sé,
es que no me gusta la poesía oscura
y por eso leo cada día el horóscopo de Unica Zürn, la mujer magnolia, 
y también los largos manifiestos que fueron redactados sobre las 
/piedras de la noche
y que ahora los puedes encontrar husmeando en google.
Hace casi ya un siglo que te vi por última vez
y eso fue esta mañana,
sé que me esperabas detrás de una gota de lluvia
me esperas y sé que es inútil, aún queda un siglo para vernos
y la vida no da para tanto,
por ahora, encárgate de limpiar los paisajes que salen de tu voz
que este siglo, solo para variar, tan sólo, 
me toca ser un árbol camino al aserradero.
Por cierto, amigos oficinistas, también se va al cielo en ascensor
y tranquilos, es físicamente imposible para los cerdos mirar al cielo.


 



LA SOLEDAD NUNCA NOS DEJA A SOLAS

En poesía 1 + 1 es “0”, es decir, una rosa enferma, solía decir Lawrence 
/Ferlinghetti
ese animal paradójico que recogía toda la luz de la luna por las noches
para luego venderla en las gasolineras,
en cualquier caso, también el pintalabios de Gisele Bündchen
no es lo que parece, es decir, todas las primaveras que ha padecido el 
/mundo
encerradas en un espejo que ha olvidado su oficio,
es decir, fabricar estrellas de mar y venderlas
como se vende el agua embotellada los días que llueven erizos.
La mañana del 24 de marzo de 1919 encalló, cerca de Yonkers, New 
/York,
el arca de los dones, en la vida “real” esto no sería más que otro suceso naufragando
en la portada de los telediarios
pero en poesía, significó la llegada al mundo de Lawrence,
buen amigo de Allen y de los dos “Jack” (Kerouac & Prévert)
a los 14 años ya rasguñaba las estrellas con su maquinilla de afeitar
y a los 30 ya había hecho un doctorado en la Sorbonne
sobre la influencia del chamanismo en Wall Street,
aunque él lo hubiese querido hacer sobre los desayunos de Ezra 
/Pound
o sobre los ronquidos de Gregory Corso.

Otra mañana, esta vez en Río Grande do Sul, llegó a la tierra el origen 
/del mundo,
es decir, Gisele,
la descubrieron cuando tenía 13 años regando, con la mirada, las estrellas de su jardín
esto pasó en la vida real pero en poesía queda mejor decir que la 
/vieron
devorando una hamburguesa 
mientras discutía con el sastre de la imaginación de Ronald 
/McDonald.
Ahora, a los 30, Gisele ya no deja en bragas a la estatua de la libertad
ni paraliza la respiración de Dios cuando éste espía el mundo a través de sus ojos
pero sigue alborotando el gallinero, es decir, la gota de rocío que es el 
/mundo
entre sus manos limpias de enfermera de guerra.

En poesía, “0” + “0” es el origen del universo y también de la mirada 
/de Cesare Pavese
esto no lo escribí yo a los 13 años
porque nunca tuve 13 años, sino 365 días llenos de pompas de jabón,
esto se diría así en la vida real
pero en poesía, 365 pompas de jabón es lo mismo que decir 15 
/atentados con “coche bomba”.
En ese entonces, mi soledad huía de los toques de queda y de los 
/controles militares
y se quedaba quieta, bajo la sábana, luchando contra los molinillos de 
/viento
que eran las sombras de las velas en los candelabros,
esas que solíamos tener en casa por la falta de luz eléctrica.

Ahora se me “está pasando el arroz” (pensar en hijos me da sarpullido)
y no tengo en el banco ni 30 estrellas vegetales de Tartaria
no tengo ningún doctorado y tengo miedo hasta de la guardia urbana,
es cierto, ya no existe Sendero Luminoso
ni el ejército revolucionario para la liberación de las flores,
pero mi soledad aún sigue allí, despierta bajo las sábanas de tu 
/nombre
bien repartida entre 365 días llenos de pompas de jabón.

Por cierto, dicen que nuestro corazón late más de 100.000 veces al día
y que la luna, ese vertedero de lágrimas, pesa 81 billones de toneladas
no obstante, en materia poética,
esto es, en la vida real, la luna tiene el peso exacto del corazón de 
/Giselle
es decir, el de 100.000 pompas de jabón,
esto me lo contó una vez Lawrence,
buen amigo de los chatarreros del paraíso que algunos han visto en su 
/corazón.






¿ACASO SE LE PIDE A UN VIRUS QUE AME A OTRO VIRUS?

Allí, bajo tus párpados, viejo alquimista, está escrito que moriríamos 
/olvidados
entre las cenizas de Diógenes de Sinope «el Cínico» y Epicuro de 
/Samos
(Vaya dos, ahora serían dos taxistas,
de esos que no paran de hablar de la soledad
de las ballenas que transportan del mar al mercado y viceversa)
que eso de tener hijos era como no tener pudor
o que la muerte es como el amor: un gran malentendido.
“Sin Bach, Dios sería una figura completa de segunda clase” 
/ciertamente
y también estaba escrito que acabaríamos en un cementerio de gorilas
o que los beatnik serían los nuevos dueños del circo.

Los ángeles son agnósticos dices, toman analgésicos de madrugada
y tienen el aliento fresco, como las cartas de Simone Weil,
pero nadie los entiende porque –claro- tienen algo de chica,
algo de herbívoros.
Tengo que reconocerlo, eres un tipo duro y con las agallas de un gran 
/pez
y los poemas, es estos casos, no son más que una fosa común de 
/utopías,
archivos de huellas digitales
en el vientre de las ciudades,
un aforismo que es la crisálida de otro aforismo.

Me he tomado mi tiempo, he fracturado mi sentido del humor
para escribirte,
viejo anarquista del otoño,
también me he tumbado semanas enteras sobre ese lado de la luna
que empieza en la rue de l'Odeon y termina en el cementerio de 
/Montparnasse,
pero jamás te he visto,
a pesar de que me han dicho que discutes con frecuencia con 
/Baudelaire
(y que ignoras olímpicamente a Sartre).
Lo nuestro, camarada de las estrellas, no tiene arreglo, como no la 
/tiene
la soledad de los taxistas,
creo que también esto estaba escrito,
como todo este instante metódico en el que nos hemos convertido.




LA PARTE CONTRATANTE DE LA PRIMERA PARTE…

Parecería ser muy arriesgado citar de memoria el canto de una pareja de mirlos para darte los buenos días, pero no lo es tanto si piensas que cada noche un país cambia de sitio para despistar a los hombres del tiempo o que un hombre llamado Charles Osborne tuvo hipo durante 69 años. Bajo este orden heideggeriano de ideas, el amanecer puede ser una dama de buena familia que abandona los prejuicios de no dormir con los calidoscopios puestos para traernos a la cama un plato lleno de besos. A este poema le calculo unos siete días de caducidad si no lo pones en la nevera de tu corazón, sé que no aprendo y que el vuelo más largo que ha hecho una gallina es de 13 segundos, pero eso no quiere decir para nada que aceptes ir a mi casa y que luego la abandones subiendo por los peldaños de las estrellas mientras que me voy a preparar las copas. Sé que detestas que te escriba un poema político cuando aún no me he quitado el pijama, pero ya lo sabes, si supiese el camino hacia el infinito hubiese empezado por morderte la sonrisa o, simplemente, hubiese sobornado a un par de ángeles para que me dejen entrar en tu cama. Es ser muy de izquierdas creer que no me juego el pellejo cuando te toco el fin de la espalda para sentir el inicio del amanecer, pero espero que lo entiendas, así somos de zumbados los marxistas (es decir, los seguidores de Groucho) y no temas, a lo mucho confiscaré esas lágrimas tuyas que endulzan la miel de las colmenas. Decir Mandrágoras es lo mismo que decir jardín misterioso, decir jardín misterioso es entrar a escondidas al espejo de tu habitación y jugar al dominó con tus pecas. Ya lo sé, nunca las segundas partes fueron buenas: la luz ha vuelto a subir este invierno, Rusia ha recogido sus enjambres de gas y no hay nadie en Europa del este que no sepa que los hombres son 6 veces más susceptibles de ser golpeados por un rayo que las mujeres. Hace exactamente un minuto han secuestrado el pensamiento de un árbol que se negó a ser talado en Brasil y hace unos segundos se acaba de caer el resto de este poema de la hoja de papel, felizmente sólo era la parte contratante de la primera parte de otro poema que jamás ibas a leer, para qué engañarnos.

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