3/26/2014

John Jairo Palomino



John Jairo Palomino Lozano, JJPalomino,  Cali, Colombia. Está radicado en Hollywood, Broward, USA desde el año 2002. Dirige la Fundación Memoria Cultural, organización creada para divulgar las obras de autores y artistas hispanos en los Estados Unidos. Es autor de las siguientes obras: Memorias del Paraíso; Insurrecciones y Clamor, su más reciente antología de poemas.
 Ha participado en lecturas: Encuentro de Escritores colombianos, Centro Cultural Español, Miami 2004; Colombia Vive: Muestra de arte y Cultura, South Beach 2005; Voces de Nuestra Memoria, Interamerican- Miami Dade College 2006; Hombres de Palabra, Consulado de Colombia en Miami, 2007; Feria del Libro de Nueva York, Años , 2008 Y 2013. Director del Ciclo de Literatura, Unilatina Internacional College 2009 y 2010. Encuentro de Poetas del Mundo, Habana Cuba, 2012. Festival de Poesía, Flores Junto al Mar, Atlántico, Colombia, 2013.




LA POESÍA ES FUEGO…
(Arte poética)

La poesía es fuego…
Si  es necesario
el poeta debe arder con él
Su misión es conjurar la oscuridad
las tretas del miedo y del silencio

La poesía es fuego…
es un acto revelador
Como Prometeo, el poeta
debe robar la  luz
para dársela a los hombres
El poeta debe gritar  y denunciar

La poesía es fuego…
El poeta nació para quebrantar
la ley de la caverna
y avivar las  llamas
de todos los incendios

Si no estás dispuesto a inmolarte
no  escribas poemas

La poesía es fuego…


                                           


CALMA CHIBCHA
            
                               Colombia, año 2013

Este silencio es tan extraño…
Todos nos miramos
Y los que apenas hacen ruido
y parecen tenerlo todo
En la noche tiemblan y lloran
Este silencio es tan extraño…
Como si viniera de alguien que ha mentido
Como si de viniera de alguien que ha llorado
Como si viniera de alguien que está muriendo

Parece una culpa
Parece un castigo
Parece una maldición

Este silencio es tan extraño…   
               




LA LIRA ROTA


Escribe con sangre y aprenderás
que la sangre es espíritu
Federico Nietzsche


Nuestros poetas del siglo pasado
le cantaron al cielo y a las piedras
Le cantaron al silencio
sin ni siquiera una  queja de nuestro dolor

Algunos se hicieron grandes
adornando nuestra desventura
Contratados para el olvido
silenciaron la verdad:
El grito huérfano de nuestra desdicha

Otros cortesanos de la nada
solo sabían del sarcasmo y la ironía
Siempre vivieron perdidos en el tiempo

Hubo quienes no encontraron ni siquiera su propia voz
Sin fe, sin alma,  cambiaron su sueños  inmediatos
Por una cómoda mesada de salarios oficiales

Llego la hora de la poesía de verdad
De la poesía viva y sincera
Llego la hora de romper la vieja lira
su música siempre fue ajena
y  nunca sonó para nosotros
Llego la hora de escribir con sangre.



                                              

DESOLACIÓN

                                 A mi madre

Cuando mi madre cosía
la pobreza se iba de la casa
por horas, a veces por días
Todo era una fiesta
los niños del vecindario
se tomaban el patio
Mi madre cantaba
Cantaba pedaleando
su vieja máquina de coser
Todo era felicidad
Pero en los días malos
días de eterna fatiga
de  infame desolación
mi madre se desmayaba de ansiedad
En la noche un extraño sollozo
se escuchaba por toda la casa
Mi madre lloraba
Lloraba intentando detener
el amanecer
y  yo oculto en el gran armario
que un día nos regaló la abuela
a escasos pasos la escuchaba…
La escuchaba  desde el fondo de mi alma
Sentado en la confinada  oscuridad
abrazándome a mí mismo
maldiciendo mi edad
al tiempo impasible
yo lloraba también.




RAYUELA

El niño que fui un día
aun sigo siendo
el niño sigue dentro
El de la cometa de papel periódico
que nunca voló
el de los blancos y rotos
zapatos de campanillas
el niño sigue dentro
El del impecable traje de marinero
El que sembró canicas chinas
en un rincón del patio de la casa
El pequeño jinete
del duro y sordo caballo de palo
El niño sigue dentro
Libre pájaro sin alas
El niño sigue dentro
Salta, corre,  y ríe
Atrapado y perdido

en la rayuela del tiempo.




Dos poemas de JJ Palomino, esta vez recitados por él mismo:



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