1/09/2013

Luis Carlos Mussó


CEREMONIAS DE AMOR Y MUERTE



Alfa

Soy lo que sucede entre tus piernas. No son los héroes quienes incendian las ciudades que acudirán al azar y se repartirán el botín que reserva la suerte a los que vencen. El que escribe la hazaña/ el que añade tinieblas a la imagen posible del canto gozará de tu cuerpo sobre esta sepultura. Y al escribir la gesta, resuenan las trompetas y llueven polvos amarillos. Nuestros miembros adquieren los colores del miedo.


Gamma

En mi sexo, un cernícalo herido que en medio de su vuelo deja escapar un llanto descarado para la fácil nostalgia. En mi cielo, un pantano de aguas temerosas y entre sus ondas, siete astros que aligeran la maleza. Veo siete veces el cadáver de la bestia aun cuando sostengo en mi mano tu quijada. Siete desfiladeros testigos de la mutilación del nombre. Y en mi cráneo, una fiesta de insectos. La crepitación de los lugares donde se alojan tus íconos. Y tus imágenes. Y tu voz.


Omega

Veo un gamo a través de mis persianas. Un gamo que retoza entre tus brazos y que me hace estar seguro de que lloverá antes de Hoy. Y una diminuta muerte, con su canto biselado, levanta vueltas. Acecha con una reyerta diseminada.
En los arenales de la memoria, el gamo desea la frescura del helecho. Su marcha sepia desciende como cadena de negruras. Y el follaje es escaso. Y baja es la Edad del Germen Verde que brota de la tierra.
Lejano el propósito de la pastura. Y en el sueño, se ha investido una asamblea de cigarras. Parece que solo se ha aplazado el instante para hundir el rostro en el Placer. Pero el mundo danza. Y hay un gamo que está lejos de él.

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