12/18/2015

Genaro Torres Guillén In memoriam


Al iniciar esta semana nos enteramos de la lamentable noticia del deceso del señor Genaro Torres Guillén, padre del editor Mario Torres Duarte. Por eso deseo compartir con ustedes estos dos poemas de autoría del señor Torres Guillén y tres notas de prensa publicadas en un medio de comunicación de Barrancabermeja, ciudad de origen y residencia de él. Genaro Torres Guillén murió a los 93 años de edad.
Acompañamos a la familia Torres Duarte en este difícil y natural tramo de la vida. Paz en su tumba.

Genaro Torres Guillén (Q.E.P.D). 

Quién dijo piedra


Por: Genaro Torres Guillén


Piedra sobre piedra
piedra y más piedra
me tropecé con una piedra.

Pedro es una piedra
y la iglesia está sobre esta piedra.

Hay piedras ígneas o primarias
que originaron las primeras piedras.

También el basalto, la diorita, el cuarzo,
la gabro, la riolita, el jaspe,
la ortosa y la anortita,
son legítimas piedras.

Hay la Santa Piedra de Ara
piedra de los sacrificios.

Este  pan está como una piedra
pero no hay pan
que se endurezca como una piedra.

Los alquimistas sueñan convertir algún día
los metales en oro
con la piedra filosofal.

Hay piedras de piedras,
el diamante, la esmeralda,
la amatista y el rubí,
son las más preciosas piedras.


Hay amantes que tienen corazón de piedra.

Estos son los elementos asociados con las piedras
pues están ligados a la solidez de la corteza terrestre:

El oxígeno y el azufre,
el fósforo y el  hidrógeno,
el silicio  y  el hafnio,
el bromo y el cloro,
el boro y el sodio,
el potasio y el  titanio,
el yodo y el  litio,
el hierro y el calcio
y tantos más.

Sin estos elementos no tendríamos piedras
para tirar al río y hacer cabrillas,
ni piedra para un tropezón,
ni piedra para un contrapeso,
ni piedra en el zapato,
ni piedra para el filtro de agua,
ni piedra para tirar en la “U”,
ni piedra que tirarle al cascarrabias,
ni piedra que tirarle al palo de mango.

Yo sueño con la blanca y transparente
piedra albita, mi piedra predilecta.

Me enloquece el amarillo brillante de la pirita
linda piedra magnética
asociada con rocas básicas
que me extasía.

¿Quién habrá tocado la piedra de toque?

Le rompió la cabeza con una piedra.

Por aquí se encuentran muchas piedras,
porque es un camino de piedras.

Pusieron la primera piedra
y no necesitaban ninguna piedra.

Los tirapiedras
no se cansan de tirar piedras.


En la edad de piedra
los picapiedras tallaban todo en  piedra,
las casas eran de piedra,
los pisos eran de piedra,
las camas eran de piedra,
todos los muebles eran de piedra,
las estatuas eran de piedra,
los regalos los hacían de piedra
y del cielo les llovían piedras.

El convidado de piedra
respondió con dos piedras en las manos.

Los fogones se hacen con tres piedras.

La madera del mangle
se convierte en piedra.

Le sacó filo a la navaja
con una volcánica piedra.

En mi casa tengo muchas piedras
y siento la energía positiva que transmiten
mis preciosas e invaluables piedras.

Hay piedra de piedras.

Hay piedra y cielo
y hay “Pietracielismo”,
movimiento político y literario colombiano
fundado por Jorge Rojas
inspirado en palabras del escritor español
Juan Ramón Jiménez
en “Cuadernos de letras”.

Muchas son las piedras
que arrojan los volcanes.

“Piedra lunar”
es una novela de William Wilkie:
Un diamante enorme
engastado en la frente de una diosa hindú
de la luna.

Es más pesado que una piedra.


Da menos que una piedra.
Da más una piedra.

El elixir de la vida tiene que ver
con la piedra filosofal.

Hay piedras para todo.

No toques esa piedra
porque es la piedra
de quien tiró la primera piedra.

Pero resulta que nadie tiró la primera piedra
Porque Jesús airado dijo
a quienes venían persiguiendo a una pecadora para lapidarla
tirándole piedras:

 “Aquel que se sienta libre de pecado
que arroje la primera piedra”,
y nadie tiró la primera piedra;
no existe entonces la primera  piedra.

Hay tantas piedras por ahí,
la piedra del escándalo,
la piedra angular,
la piedra pómez,
la piedra de moler,
la piedra lipes,
la piedra meteórica,
la piedra infernal,
la piedra de lumbre,
la piedra de pedernal,
la piedra cumberlandita.

En un pueblo que se llama “El Pedregal”
no se encuentra una sola piedra.

Llegó trasnochado
y cayó como una piedra.

La mina de lápiz es una piedra.
No es muy fácil ablandar una piedra.

Recordemos estas piedras:

Dios se le presentó a Moisés en forma de zarza ardiendo
para decirle que enseñara a su pueblo
los Mandamientos de la Ley de Dios
que le dejaba allí grabados en dos piedras.

Todo lo que hemos sido durante nuestras vidas
después de muertos
puede quedar registrado para siempre
con un simple R.I.P. sobre una piedra.

Cuando el río suena
piedras lleva.

Piedra que corre
no cría lama.

La Biblia nos dice
Cómo David derribó y mató
al gigante filisteo Goliat de un caucherazo
con una fulminante piedra.

Para finalizar:

Este pedregal lo soñé una noche que me acosté inquieto al notar la falta en mi colección de una dorita feldespato y de un jaspe piroxena magnetita, preciosas para mí como dos soles. ¡Ay mis piedras, cómo las añoro!

Pasé toda la noche obsesionado por la pérdida de estas singulares joyas.

Y no hay nada nuevo en este sueño, solo la evocación de estos únicos e inapreciables tesoros llamados piedras.


Genaro Torres Guillén
Marzo de 2008




SIGUIÉNDOLE LOS PASOS A LA MUERTE


POR: GUILLET (Genaro Torres Guillén)


La muerte es inquieta,
voy a seguirle los pasos
aunque no tenga herramientas
ni la destreza de un relámpago.


Quisiera saber cómo siente ella la agonía
de un ser que está muriendo
en una cama dorada,
en una estera fría,
o en el duro pavimento.


Hay un temor profundo en lo que intento
por el callado lenguaje de la muerte
y porque no es fácil hacer realidad un sueño
cuando somos subordinados de la suerte.


La muerte no se ve,
se siente y está oculta
en nuestra propia mente;
se deja notar y curiosear
sin poner inconvenientes
y creo que para seguirle los pasos
me voy a ver en gran aprieto
pero lo voy a intentar
con la ayuda del cielo.


La muerte no tiene panza
ni rodilla, ni cordón umbilical;
no tiene pies ni manos,
ni dientes para mascar.
No tiene nariz, pero olfatea;
sin correr se aleja,
se esconde en el mugre de las uñas,
todos la llevamos detrás de las orejas,
somos de la misma cuña,
siempre con nosotros, jamás nos deja.


Cuando se cansa de ver tanta gente viva,
da un salto al infinito,
un fuerte viento  se la lleva,
la deja perdida
en algún lugar en donde el sol no brilla.


Cuando regresa,
la muerte se muestra inquieta,
se sube a las ramas de los árboles,
se mete en el nido de los de los pájaros,
desaparece debajo de las piedras
o en las profundidades de las aguas;
se pasea en las blancas arenas de las playas,
pasa por el  cementerio,
se sienta en las tumbas de los muertos,
habla con ellos.


Lanza en ristre
atraviesa las paredes,
se pasea en nuestro espacio,
hace su recorrido
sin temerle al exorcismo
y sin avisar, desaparece.


Sigue lo mismo
porque no tiene reglas,
entra a una iglesia,
oye misa y  se confiesa,
se sienta en una banca,
va contando a los fieles que pasan,
pero como son tantos, se cansa.


Se para, se sube al campanario,
toca las campanas,
llega hasta el coro
canta un treno,
ensaya un canto gregoriano
y termina con un responso;
toca el armonio,
sale con paso hinchado, orondo,
sin programa.
Da vuelta a la manzana,
detiene un taxi, no la lleva;
pasa un camión y la deja;
una buseta, va muy llena;
un bus escalera,
no entra, no tiene puerta.



Está en la calle,
no  la  ve  nadie,
camina y se empina,
mira hacia arriba,
de pronto tropieza,
cae, se levanta,
se vuelve a caer,
se para, se sacude,
se limpia el polvo
del mismo modo.


Mira al cielo
ve una nube
cargada de agua
que se viene al  suelo;
quiso apartarse
pero fue muy tarde,
cayó la lluvia
y la mojó toda;
así empapada
se va para un parque
se cae del trapecio,
no se quiebra un hueso,
se sienta en  la grama,
acaricia la hierba
y se acuesta sobre ella.


Por fin se aquieta la muerte,
oye el silencio de los niños
y sabe lo que llevan escondido,
les abre el corazón que es transparente
y se mezcla con ellos inocentes,
les saca risas, gritos y  silencios,
los hace soñar con aventuras incoherentes
y los niños no saben que juegan con la muerte.


Esta muerte
no parece muerte,
sufre muchos percances,
da de qué hablar
y criticar.
Anda suelta, sin madrina,
como una cometa sin brisa;
camina por las calles sin mirar,
se mete a un charco,
mira el mal tiempo
que se viene al suelo
y se deja mojar del chubasco.


Creo que la muerte está confundida,
debe ser más sutil y misteriosa
que un colibrí o una mariposa;
tener más alto vuelo
que un molino de viento.


Con un iris precioso, que brille
e ilumine el pensamiento,
y atenúe con su talento
el sino del sentenciado
que se encuentra en la antesala,
a la espera de la hora
que lo lleve a ser finado.


Por falta de signos vitales
el doctor se lo  entrega a la muerte.
El enfermo tiene un recurso
y se aferra a él, ya casi muerto.
A última hora, con fervor reza:
El poder divino del cielo,
la creencia y la fe del paciente
superan la ciencia  del médico,
y despierta.


Es un caso de sabiduría universal
que la ciencia no sabe tratar
por más que la medicina haga alarde del caso,
para la iglesia es solo un milagro,
que la omniscencia del hombre,
jamás podrá revelarlo.


Aletargado, despierta el paciente:
“Heme aquí otra vez, familia;
salí un momento al jardín
en busca de una rosa roja,
y me encontré en un lugar misterioso,
con laberintos y sombras.
¿Ustedes donde han estado
mientras conversé con la dama
que me sacó de la cama?”


“Me dijo que era odalisca,
de las buenas, de las que no se cansan,
mahometana,
de la Arabia Saudita
te da amor y vino
a cambio de que le cuentes cosas.
Que me invitaba
a seguir su camino
por lo despejado y seguro,
sin polvareda ni humo
donde cada día ostentarán
los nardos y las rosas
sus mejores pétalos y capullos.”


“Yo no quedé convencido
de la odalisca saudita,
porque al despedirse, me dijo:
algún día vendrás conmigo.”


Por eso estoy preocupado,
si mi memoria no falla
y me acompaña la suerte
me parece haberla visto
en el parque o en la plaza
jugando con los niños
no puede ser otra que la muerte.”



Genaro Torres Guillén
Septiembre de 2009




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