10/08/2014

Daniel Quintero Trujillo




DANIEL QUINTERO TRUJILLO
Nació en Convención (Nte. de Sder.), el 1 de enero de 1947. Maestro de Escuela Rural y Normalista Superior de Piedecuesta 1964. Licenciado en Psicopedagogía y Filosofía de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Tunja 1969. Magister Ciencias de la Educación Universidad de Antioquia 1971. Especializado en Informática e Investigación Educativa. Profesor y Decano de la Facultad de Educación de la UPTC. Autor de artículos y libros de Pedagogía y Psicología, publicados por la UPTC. La Universidad de Boyacá y la Universidad Juan de Castellanos. Dirigió el Boletín Informativo Noticias Breves de la Facultad de Educación. Autor de Ecos de la Cuadra, Firavitoba. Autor de Cuentos y Relatos, publicados en la pág. www.danielqt.comy en el Libro Total. Cuentos de Paz y Alegría para Tiempos de Navidad. Puro cuento, una Publicación para la Fundación Caro Bogotá 2013. Autor de Audio Cuentos 2013. Columnista de Vanguardia Liberal, Revista Gente de Bucaramanga y Horizontes Culturales Ocaña, Miembro de la Asociación de Escritores de la provincia de Ocaña y Sur del Cesar. 






¡LLEGÓ LA PROFESORA!
    Eran tiempos  turbulentos… La población de Cerro Gordo estaba asustada, por la violencia de los grupos que combatían al gobierno, demostrando inconformidad, por la situación de pobreza y abandono en que se encontraban los campesinos. En esas  montañas se observaban casas desocupadas, ya que los habitantes se habían ido como cuando el cazador dispara y las palomas salen a volar buscando refugio, sólo estaba la escuela rural, allá en la cumbre, a donde los niños y niñas se desplazan diariamente, con la motivación de aprender, mientras sus padres trabajan en las minas, ya que la agricultura había dejado de ser rentable.
 Ya era marzo, casi Semana Santa, en las ciudades, los escolares asistían a las aulas. Una periodista que había sido comisionada por una agencia noticiosa a cubrir Información sobre la violencia en esa región, mientras caminaba por la montaña, observó en lo alto a un grupo de niños con los morrales de escolares, lo que le indicó que se trataba de una escuela, acelerando su caminar y al llegar al sitio, los niños aplaudían y gritaban con alegría: ¡Llegó la profesora... Llegó la profesora…! La tomaron de la mano y un escolar que lucía una gorra en su cabeza para resguardarse del intenso sol, se identificó como el personero de los estudiantes, la condujo al aula e invitó a sus compañeros a orar frente a una imagen de la Virgen del Carmelo, que estaba adornada con flores frescas puestas en una botella de cerveza, colgada desde el techo, en la viga central, después de cantar el himno nacional, todos dijeron: Profe ¿Qué nos va a enseñar hoy? ¡Hace mucho tiempo que la estábamos esperando!
  La periodista, los saludo amablemente y se identificó como la señorita Blanca Isbelia; hermosa morena, de gran estatura, ojos azules, dejaba ver sus dientes blancos al sonreír, tenía acento vallenato, cargaba al hombro derecho su cámara, en la mano un pequeño computador, una cartera amplia que combinaba con su bluyín ajustado y la blusa suelta ondeante con el viento. Se le vía inquieta, no quería defraudar a los chiquillos; con el entusiasmo de los investigadores, los invitó al diálogo para  que le contaran su situación y por qué no había clase. Ellos con la franqueza que caracteriza a los infantes, le informaron que los padres estaban preocupados porque el gobierno había anunciado que la Escuela debía cerrarse, porque No se justificaba el nombramiento de un Maestro para  15 alumnos, que los papás los enviaran al centro urbano, gastando cuatro horas en ir y venir, mucha distancia para recibir sus clases. También relataron, que en las largas horas de espera de la Maestra,  jugaban fútbol, contaban cuentos y arreglaban los jardines de la Escuela. Luego se irán a reunirse con la familia.
 La Señorita Blanca Isbelia, escribió en el tablero su nombre y el lugar de procedencia  mientras tomaba una decisión y dijo a los escolares que avisaran a los padres que ya había llegado la profesora, mientras tanto ella se fue a vivir en la casa de uno de ellos, cambió su profesión por ser esa Maestra de Escuela Rural, con sus escritos convenció al gobierno que la nombrara como educadora. En las clases de español, enseño a los estudiantes a escribir relatos de la región, hicieron mensajes, que todas las semanas llevaban  a sus padres, con orientaciones pedagógicas para  motivarlos a  volver al campo, las clases de ciencias sociales, fueron cátedras de sana convivencia. En la escuela comenzó a funcionar El Periódico Rural, así ella enviaba sus escritos a la Agencia Noticiosa.
     Ahora, los campesinos han regresado a sus parcelas para cultivar la tierra y asistir a la familia, con la Escuela funcionando, se sienten felices, porque sus hijos reciben educación, sin estar condicionados a un número mínimo  de estudiantes, para gozar de ese Derecho. Sienten que  el gobierno los escucha y muy orgullosos observan desde el camino, que han izado la bandera Blanca, como símbolo de la Paz en la montaña  y el Tricolor Nacional, como la Bandera  de una nación donde vale la pena seguir trabajando para lograr el desarrollo agrícola, cultural y educativo, de los habitantes campesinos. La Maestra Blanca Isbelia, ahora líder de la comunidad, ha vinculado la escuela  como un centro de desarrollo comunitario, con la Misión de formar a un ciudadano integral, para lograr los cambios que los ciudadanos necesitan para vivir felices, sin abandonar su entorno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario