3/09/2013

Alonso Jiménez - Arte Sincrético



Donde no existen las prohibiciones o mandatos dictatoriales anudados a los códigos de las instituciones del arte, es allí donde se lubrica la máquina sincrética en si misma. libre de líneas estéticas o acomodadas al canon curatorial de la subalternización o del prefijado al código de un televisor, al reality show o a la comedia ligth de la sofisticación o lo unilineal basado en la carencia de hallazgos.

La cuestión de permanencia en la pintura como lenguaje en vía de extinción según algunos, depende de los mundo de la significación, pues, lo que para mi es cierto o funciona como una verdad, para otros no lo es, por tanto, por lo tanto el mundo constitutivo de las ideas y de los razonamientos es autónomo y de realización libre, principio antropológico que determina que nadie me puede prohibir pensar, crear, utilizar cualquier lenguaje inventado por el ser humano, existir o simplemente ser.

De tal forma, mi pintura y formas de expresión, poseen naturaleza propia, ideas y secuencias concebidas en términos de una psiquis ya alterada dentro de un fenómeno histórico hibridado por una serie de relaciones con el mundo, que ciertamente no obedecen a lo mediático de manera directa, sino a un accionar que se configura cada día, armando tejidos desde la memoria y en mi interior cognitivo, partiendo de situaciones a veces insignificantes que van desde una mirada al travesti que tristemente se prostituye en la esquina de mi taller, hasta la vivencia hospitalaria; es un todo verbalizado redimensionado visualmente y que sale a la vida en forma de nuevos signos hechos de un sustrato y de una lucha frontal contra las invasiones y las imposiciones codificadas que nos han querido marcar desde la realidad y el goce de la conciencia de otros por la vía del consumo de objetos artísticos extraños a nosotros mismos.

Desde mi campo referencial no puede construirse arte de otra forma que no provenga da las mezclas culturales, no hago cosmética de las ideas y de las vivencias en paraísos artificiales, sino que parto del rostro mismo de la vida caótica que es poesía o visión macabra marcada por el capital, en sus maneras de hacer de unos débiles y otros fuertes, unos que sucumben y otros que sobreviven en medio de las jugarretas y las astucias dadas por intercambio cultural de la subyugación. Los híbridos, los patois, los creoles o las dinámicas del lenguaje de la vida en la calle, son la materia de la que está hecho mi mundo atravesado por los nuevos poderes y biopoderes de que habla Foucault, y que marcan a la sociedad con una verdad intencional que es permear el universo de la táctica, la lectura y el consumo, dentro la asociación entro lo cotidiano y lo popular, asociaciones establecidas por Michel de Certeau.

Cualquier medio es válido para concretar las ideas y luego desbaratar sus lógicas internas, todo dentro del juego que puede llamarse pintura, intervención plástica, performance, video, escultura, intervención plástica, performance, video, escultura, instalación, ambientación, dibujo, libro arte, ex libris, fotoperformatil, drama urbano, defenestación en dramaturgia, etc. Mi condición humana e histórica me induce a no obedecer a los lazos externos determinados por la retórica importada y ajena a los territorios de mi sincretismo, ya mapeado desde la infancia. Le Witt decía que el artista debe manifestar sus propios análisis, de tal manera que soy libre de apartarme de los "teólogos" de la estética para construir mis propias conjeturas, axiomas, especulaciones y demostraciones en términos de la conciencia que poseo como sujeto de mi propia creación.

Consecuentemente con ello, debo dar el valor necesario a mi práctica artística, la cual existe por si misma y exhala desde dentro de su vientre la proliferación de afectos y desafectos no copiados literalmente de la realidad sino metamorfoseados en híbridos, cuya lógica racional obedece a una sola causa: existir en mi condición mental que es única en cuanto es enigma controlado por mis nervios y mi aparato intuitivo.

Vicente Cadena estudiante criollo decapitado por los españoles, los cardinales transfinitos, los anillos matemáticos y cuerpos de otros seres destruidos socialmente en carne pero no en fantasma y signo, son un ejemplo de fuerzas de creación, apariciones reveladas para escribir en la mirada de la humanidad capítulos yertos, ominosos o siniestros, pero también bellos. Soy sujeto y objeto de este, el mundo de mi circunstancia, hombre sincrético, con la ventaja epistemológica de un habitar en la localidad desde donde se reelaboran los múltiples contextos que mueven mi psiquis en medio de lo sagrado y lo profano. Atado a una historia y a una forma de hacer arte sin reparos del qué dirán, de la envidia por la que existe la brujería o el más o menos del neobarroco; simplemente soy un ser humano existiendo en la condición de artista.


Estudio anatómico del estudiante Vicente Cadena.

Pintura de 70 x 100 cm
Técnica mixta sobre tela.
Alonso Jiménez


Alonso Jiménez es pintor, Antropólogo y Artista plástico. Director de la Liga Latinoamericana de Artistas. Co-dirige el Proyecto Teatro de esquina, en compañía del dramaturgo y actor César Badillo. 

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